Hebreos 13:15
“Por lo tanto, por medio de Jesús, ofrezcamos un sacrificio continuo de alabanza a Dios, mediante el cual proclamamos nuestra lealtad a su nombre”.
Los creyentes podemos ofrecer sacrificios de alabanza a Dios y compartir servicios de amor a los demás. El fruto de labios recuerda el hecho de que en la misma forma que Dios prolonga por medio de los frutos la vida de la plantas, así el Espíritu Santo extraerá nuevas alabanzas de adoración a Dios de nuestros labios y de todo nuestro ser.
Para poder ofrecer sacrificios de la alabanza debemos recordar las palabras del profeta Oseas: “Quita toda inmundicia y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios” Oseas 14:2. Un “sacrificio de alabanza” puede incluir: gratitud a Cristo por su sacrificio en la cruz y el decírselo a otros. Agradan a Dios sobre todo los actos de bondad y de ayuda mutua, aun cuando pasen inadvertidos para los demás.
También podemos ofrecerle una continua alabanza de acción de gracias. Los antiguos afirmaban a veces que una ofrenda de acción de gracias era más aceptable a Dios que una ofrenda por el pecado, porque cuando uno ofrecía un sacrificio por el pecado estaba tratando de obtener un beneficio para sí, mientras que la ofrenda de acción de gracias era sólo la expresión de un corazón agradecido. El sacrificio de la gratitud es uno que todos podemos y debemos ofrecer a Dios todos los días.
El cristiano le puede ofrecer a Dios la pública y gozosa confesión de su fe en el Nombre de Cristo. Esa es una ofrenda de lealtad. El cristiano siempre le puede ofrecer a Dios una vida que no se avergüenza de mostrar a quién pertenece y sirve.
Cuando ofrecemos sacrificios de alabanza, comienzan a suceder cosas sobrenaturales.
Hechos 16:25-28
“Alrededor de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban. De repente, hubo un gran terremoto y la cárcel se sacudió hasta sus cimientos. Al instante, todas las puertas se abrieron de golpe, ¡y a todos los prisioneros se les cayeron las cadenas! El carcelero se despertó y vio las puertas abiertas de par en par. Dio por sentado que los prisioneros se habían escapado, por lo que sacó su espada para matarse; pero Pablo le gritó: ¡Detente! ¡No te mates! ¡Estamos todos aquí!”.
Cuando Pablo y Silas adoraron a Dios en medio de la prueba, vino lo sobrenatural. Cualquiera puede tener una buena actitud cuando todo va bien. Pero ¿Dónde están las personas cuando todo se desploma? ¿Dónde están las personas que dicen: te sigo alabando amado Dios a pesar de las malas noticias? Considero que podemos ser personas de fe. Podríamos estar quejándonos y resentidos, sin embargo, aquí estamos adorándote en medio de la prueba, con una sonrisa en nuestro rostro, haciendo lo correcto aunque esté sucediendo lo incorrecto.
Puedo decirte con toda confianza y seguridad que saldremos a mayores victorias. Dios tiene victorias para nosotros en nuestro futuro que nos sorprenderán. Puede que estemos en un momento difícil, sin embargo, recuerda lo siguiente: el enemigo siempre lucha más cuando sabe que Dios tiene algo muy grande para nosotros. Estamos más cerca de la victoria cuando hay más oscuridad. No podemos desalentarnos y permitir la queja. Continuemos ofreciendo sacrificios de alabanza a Dios.
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
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