Proverbios 12:25
“Las preocupaciones no dejan a la gente ser feliz, pero las palabras de aliento le traen alegría”.
Causa, y efecto, de la melancolía es la congoja en el corazón; es como un peso que agobia, abruma, postra y hunde. ¿Cómo se cura este mal? Con una palabra buena, es decir, amable, afectuosa, alentadora. La Palabra de Dios, especialmente en el Evangelio, es fuente de alegría para los corazones acongojados y fatigados. “Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar”. Mateo 11:28.
Debemos tomar tiempo para creer en la gente, creer en alguien y hablarle con fe a su corazón, nuestras palabras pueden convertirse en esas semillas que Dios alimente y den una cosecha de éxito y bendición. Todo el mundo necesita ser valorado, todo el mundo necesita ser apreciado. Cada persona necesita esa bendición.
Todos necesitamos a alguien que crea en nosotros más de lo que nosotros creemos en nosotros mismos, que vea nuestro potencial, que mire por encima de donde estamos ahora y nos dirija hacia lo que Dios tiene planeado para nosotros. Alguien que con su aliento, nos ayude a convertirnos en aquello para lo cual fuimos diseñados por nuestro Padre Celestial.
Cuando ayudamos a las personas a ampliar su modo de pensar para crear una verdadera visión de victoria para sus vidas, ellos lograrán cosas que nunca podrían haber tenido antes. Su éxito llegará, en parte, como resultado de nuestra fe en ellos, nuestra confianza en ellos y las semillas que hemos plantado para ayudarles a crecer, han dado resultado.
Jesús no se enfocaba en las faltas de las personas que lo rodeaban, Él veía su potencial. Su discípulo Pedro era rudo e irascible, sin embargo, Jesús miro por encima de todo eso y vio su potencial. Jesús le hablo a Pedro en fe y le ayudo a formar su visión de sí mismo. “Ahora te digo que tú eres Pedro (que significa “roca”), y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará”. Mateo 16:18. Jesús reveló la identidad y rol de Pedro.
Alentemos al caído; celebremos cuando alcance sus metas; oremos cuando esté batallando; impulsémoslo a salir a delante. Eso es ser un edificador de personas. Amén.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
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