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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Avanzando en Reino de los Cielos


Mateo 11:12 / Lucas 16:16


(Traducción Lenguaje Actual – TLA) “Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el Reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Solo la gente valiente y decidida logra formar parte de él”.


(Reina Valera – RV) “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”.


En este versículo Jesús se refiere a la “violencia” para hacer parte del Reino de Dios. La singular construcción gramatical del texto no deja bien claro si el Reino de Dios es objeto de la violencia, o si el Reino avanza victorioso en medio de violentos conflictos y batallas espirituales. Pero esto último es lo que parece indicar el contexto. Las referencias de Jesús al estilo agresivo de Juan, y al controversial y milagroso ministerio de Elías, enseñan que el Reino de Dios se abre paso con fuerza, violentando el statu quo humano. O quizás quiso decir que para ingresar en el Reino de Dios se requiere coraje, fe resuelta, determinación y tolerancia, debido a la persecución que se desataría contra los seguidores de Cristo.


Mateo dice que desde el tiempo de Juan hasta ahora el Reino del Cielo sufre violencia y los violentos lo toman por la fuerza. La misma forma de esa expresión parece indicar un tiempo considerable. Hasta suena más como un comentario de Mateo que como un dicho de Jesús. Suena como si Mateo estuviera diciendo: “Desde los días de Juan, al que metieron en la cárcel, hasta nuestro propio tiempo el Reino del Cielo sufre violencia y persecución a manos de los violentos”.


Lucas dice que todos los hombres entran en el Reino al asalto; quiere decir, que “el Reino del Cielo no es para los que tienen buenas intenciones, sino para los valientes”, nadie entra en el Reino de los Cielos con trampa o con miedo, que el Reino de los Cielos solo le abre sus puertas a los que están dispuestos a hacer tan gran esfuerzo para entrar como los soldados que están asaltando una ciudad.

Es posible que obtengamos el sentido completo de este versículo asociando los escritos de Lucas y Mateo. Lo que puede ser muy bien que dijera Jesús es: “Mi Reino siempre sufrirá violencia; siempre habrá hombres y mujeres salvajes que tratarán de destrozarlo, de asaltarlo y de destruirlo; y por tanto, solo el que lo tome violentamente en serio, solo uno en quien la violencia de su total consagración corresponda y derrote a la violencia de la persecución conseguirá entrar en Mi Reino”. Bien puede ser que este dicho de Jesús fuera en principio tanto una advertencia de la violencia que se les vendría encima a los seguidores de Jesús como un desafío a entregarse con una consagración que fuera aún más fuerte que la violencia.


A veces las dificultades que vivimos no son porque estemos haciendo algo mal, sino porque estamos haciendo algo bien. Se debe a que estamos marcando la diferencia; se debe a que estamos conquistando en medio de la batalla, se debe a que somos una amenaza para el enemigo, estamos violentando en Reino de los Cielos para entrar en él.


Muchos de los ataques que vivimos por parte del enemigo se deben a que estamos avanzando en el Reino de Dios. No nos atacaría si no supiera que nuestro Padre Celestial tiene algo maravilloso planeado para nosotros en el futuro. Por eso intenta desalentarnos, amargarnos, y hacer que culpemos a Dios de nuestras frustraciones, y de esta manera, evitar que lleguemos a los nuevos niveles espirituales, físicos y emocionales, que Dios ha preparado para nosotros.


A las tinieblas no les gusta la luz. La luz siempre sobrepasa la oscuridad. Debemos seguir brillando, siendo luz en medio de la oscuridad. Sigamos sonriendo, aferrémonos a la felicidad; sigamos tratando bien a las personas aunque ellas nos traten mal. Hagamos lo correcto aunque nos sucedan una y otra vez cosas malas. Nuestros problemas y adversidades, son una señal segura de que nuestro Padre Celestial tiene algo maravilloso planeado para nosotros en el futuro. Nuestra felicidad será restaurada completamente y en abundancia.


El enemigo no va a permitir que alcancemos nuestros propósitos y llamados sin oposición; él lanzará ataques inesperados, problemas inesperados, dificultades inesperadas. Sin embargo, debemos saber lo siguiente: el Padre Celestial al que servimos, tiene una gracia inesperada, una sanidad inesperada, victorias inesperadas y cambios inesperados. No dejemos de batallar, la victoria está cerca. Amén.


Dios los guarde y los proteja siempre.


Un abrazo.


Pastor Kike Escobar (WMF)

Unidad Internacional de Oración (UIO)

Restoration Church UK

www.kikeescobar.com


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