2 Samuel 8:1-14 (por favor leer el texto Bíblico antes de continuar con el devocional)
Después de haber buscado primero el reino de Dios, Y colocado en su apropiado lugar el Arca de Dios, el rey David, ya bien establecido en el trono, comenzó a extender sus dominios. En este pasaje Bíblico, tenemos un informe bien detallado de sus conquistas, con sus triunfos: Con esto tenemos una idea general de la prosperidad del reinado de David.
Parte del pacto entre Dios y el rey David incluía la promesa de que los enemigos de Israel serían vencidos y ya no los oprimirían más. Dios cumplió Su promesa al ayudar al rey David a derrotar las naciones enemigas.
En este capítulo se enumeran algunos enemigos:
1. Los moabitas, descendientes de Lot que vivían al este del Mar Muerto. Representaban una constante amenaza tanto militar como religiosa para Israel. Parecía que el rey David mantenía una buena relación con los moabitas en ese tiempo.
2. El rey Hadad-ezer de Soba, su derrota en manos del rey David hizo realidad la promesa de Dios a Abraham de que Israel controlaría la tierra hacia al norte, hacia el río Eufrates.
3. Los edomitas, descendientes de Esaú que además fueron archienemigos de Israel.
4. Los filisteos han sido enemigos de Israel durante 125 años, desde la entrada de Israel a Palestina bajo Josué. Meteg - ama significa “la brida de la ciudad madre”. La brida que contiene a los filisteos es colocada en las manos del rey David, y estos ahora están bajo su dominio.
5. Derrotó también a los sirios o arameos (Siria es, en hebreo Aram, aunque, con el nombre de Aram, se designa también la Mesopotamia septentrional; por lo que, para precisar bien, se dice “Aram de Damasco” cuando se refiere a Siria).
Un tributo era una contribución impuesta a las naciones conquistadas. El impuesto ayudaba a mantener el gobierno, y demostraba que la nación conquistada estaba bajo el control de Israel. Debemos tener en cuenta siempre que, “cuando dejamos de conquistar el enemigo se fortalece”. El rey David tenía claro esto, bajo su liderazgo, el pueblo de Dios comenzó a tomar territorios del enemigo, haciendo realidad la palabra de Hebreos 11:34; “Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros”.
El rey David dio la orden de cortar los tendones de las patas de algunos caballos (desjarretar), inutilizándolos como caballos de guerra o como bestias para arrastrar los carros. Solo se los podía emplear en trabajos agrícolas.
Podemos ver también en este texto, la ofrenda que hizo el rey David a Dios de los despojos de las naciones conquistadas: Lo dedicó todo al Señor. De este modo coronaba todas sus victorias, pues las hacía brillar mucho más que las de Alejandro Magno y César, quienes buscaban su propia gloria, mientras que David buscaba primeramente la gloria de Dios.
Todos los utensilios de metal precioso que llegaban a su mano los dedicaba, es decir, los destinaba a la obra futura de la construcción del templo. David quemaba los dioses de oro de los paganos, puesto que eran algo intrínsecamente malo, pero dedicaba los utensilios de oro, pues de suyo son éticamente neutrales. Así también, en la conquista de un alma mediante la gracia de nuestro Señor Jesucristo, todo lo que es contrario a la ley de Dios debe ser destruido, toda concupiscencia ha de ser mortificada y crucificada, pero todo cuanto pueda servir para la gloria de Dios debe ser dedicado a su servicio, aunque cambiando de dueño: lo que antes se usaba para el servicio de uno mismo, debe usarse ahora para el servicio de Dios.
Y el Señor dio la victoria al rey David por dondequiera que fue: Este es el resumen de todo este texto. Cada victoria y cada enemigo sometido fue un testimonio del poder preservador del Señor en la vida y el reinado de David.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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