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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Conquistando sueños

Josué 14:10-14


“Ahora, como puedes ver, en todos estos cuarenta y cinco años desde que Moisés hizo esa promesa, el Señor me ha mantenido con vida y buena salud tal como lo prometió, incluso mientras Israel andaba vagando por el desierto. Ahora tengo ochenta y cinco años. Estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a esa travesía y aún puedo andar y pelear tan bien como lo hacía entonces. Así que dame la zona montañosa que el Señor me prometió. Tú recordarás que, mientras explorábamos, encontramos allí a los descendientes de Anac, que vivían en grandes ciudades amuralladas. Pero si el Señor está conmigo, yo los expulsaré de la tierra, tal como el Señor dijo.


Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Jefone, y le dio Hebrón como su asignación de tierra. Hebrón todavía pertenece a los descendientes de Caleb, hijo de Jefone, el cenezeo, porque él siguió al Señor, Dios de Israel, con todo su corazón”.


En este pasaje Bíblico, podemos observar la verdadera marca de un líder. Caleb a pesar de su edad, sigue avanzando, buscando, creyendo que vendrán nuevas oportunidades. Habían pasado cuarenta y cinco años de haber recibo una promesa y la estaba reclamando, sentía su sueño agitándose dentro de él. No estaba sentado sintiendo lastima de sí mismo. Con sus ochenta y cinco años, estaba reclamando un lugar donde los demás rehusaban ir, por los gigantes que en el habitaban.


Caleb, no se conformó con la mediocridad cuando Dios había puesto grandeza en él. Quiero ese monte, es el sueño que arde dentro de mí durante muchos años. El avivó su sueño, y cuarenta y cinco años después, se le dio. Fue y conquisto el monte que Dios le había prometido. Su sueño se cumplió.


Estimad@ amig@, nuestro Padre Celestial está de nuestro lado. Tenemos sangre real fluyendo por nuestras venas. Tenemos semillas de grandeza. Existen sueños tan grandes en nosotros que no podemos lograrlos por nosotros mismos. Necesitamos conectarnos con el Creador y creer que somos personas con propósito divino, a las cuales Dios dirige sus pasos. Debemos avivar nuestros dones. Todavía podemos logra nuestros sueños.


Habían pasado cuarenta y cinco años y la fe de Caleb seguía firme. Aunque todavía había gigantes en la tierra, sabía que el Señor le ayudaría a conquistarlos. Como Caleb, debemos ser fieles a Dios, no sólo al principio de nuestro camino con Él, sino también a lo largo de nuestra vida. No importa cuán grandes sean los gigantes, los problemas, nuestro amado Padre Celestial esta de nuestro lado para ayudarnos a alcanzar nuestro propósito de vida.


No debemos conformarnos con menos. Luchemos por lo que Dios ha puesto en nuestros corazones. Dios puede ayudarnos a completar lo que no logramos antes. Todavía podemos convertirnos en todo aquello para lo que fuimos diseñados. Todavía podemos conquistar nuestros sueños como Caleb.


Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.


Un abrazo.


Pastor Kike Escobar (WMF)

Unidad Internacional de Oración (UIO)

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