2 Corintios 1:3-4
“Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros”.
Existen momentos en los que Dios nos va a permitir pasar por una temporada dolorosa para que podamos dar a luz algo nuevo en nuestro interior. Si pasamos por algo que no comprendemos, en lugar de molestarnos y preguntar: ¿Por qué yo?, tengamos una nueva perspectiva. Dios permitió que viviéramos esta situación porque confía en nosotros. Sabe que puede contar con nosotros para tomar el mismo consuelo, la misma sanidad, el mismo animo que lo ayudo a vencer ese problema y compartirlo con otros.
Probablemente hayas pasado o estés pasando por alago que no comprendes: enfermedad, abuso, infidelidad, rechazo, abandono, menosprecio, injusticia, etc. Es doloroso. La vida no salió en la manera que esperábamos. En estos casos es fácil tener mentalidad de víctima y pensar: Si Dios es bueno, ¿Por qué me pasó esto? Lo que nos ha sucedido es porque Dios sabe que puede confiar en nosotros.
Las fuerzas de las tinieblas quieren liquidarnos, pero Dios tiene agarrada la cadena que los ata. Dios le dice hoy a Satanás y sus demonios: “No tan rápido. Este es mi hij@. Tengo una misión para él”.
Job 2:6
“Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida”.
Satanás solo puede llegar hasta el extremo de su cadena. Tiene poder limitado por Dios.
Dios nos dice hoy: “Es difícil lo que estás pasando, sin embargo, sé de qué estas hecho. Es doloroso, no es justo, pero al final, te voy a sacar más fuerte, incrementado y ascendido, voy a usarte para ayudar a otros que están batallando como tú en esas mismas áreas. Hay un propósito en este dolor que estás viviendo, no sabes cuantas empresas, ministerios y fundaciones generosas, fueron dadas a luz por el dolor de alguien”.
Debemos aprender que, donde Dios pone un punto, nosotros no debemos poner un signo de interrogación. Oremos; “Dios, mi vida está en tus Manos. Tú tienes la última palabra”. Lo que el enemigo quiso traer para nuestro mal, Dios puede usarlo a nuestro favor.
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
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