Hebreos 12:2
“Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios”.
La vida cristiana implica trabajo arduo. Requiere poner a un lado todo lo que ponga en peligro nuestra relación con Dios, correr con paciencia y hacer frente al pecado en el poder del Espíritu Santo. Para vivir con eficiencia esta vida, debemos fijar nuestros ojos en Cristo. Dudaremos, si apartamos la mirada de Él y si nos miramos a nosotros mismos o contemplamos las circunstancias que nos rodean.
Cuando estemos en una temporada difícil y no entendamos él porque, no nos enfoquemos en las circunstancias. Enfoquémonos en el hecho de que viene un nuevo nivel para nuestras vidas. Cuando una mujer está en embarazo, las contracciones y el dolor, son la señal que va a dar a luz. Si nos mantenemos en la fe y no dudamos ante la adversidad, daremos a luz nuevos sueños, nuevas fuerzas, nuevos talentos, nuevos ministerios, nuevas relaciones, nuevos trabajos.
El gozo de lo que nos ha de sobrevenir, se convierte en nuestra fortaleza. Jesús se fortalecía, viendo a todas las almas que iban a creer en El en el futuro, viendo la recompensa de volver a estar sentado a la diestra de Su Padre. Tengamos una nueva perspectiva, no es fácil lo que estamos viviendo y no es lo que habíamos planeado, sin embargo, esta situación no está aquí para derrotarnos. Esta aquí para promovernos. Pronto daremos a luz y la tristeza se convertirá en gozo.
El Espíritu Santo, animaba y fortalecía a Jesús en el duro y áspero camino a la Cruz, poniéndole delante de sus ojos, la exaltación que se le habría de dar a causa de Su total entrega a la voluntad del Padre. Satisfacción que había de experimentar al ver el fruto de su aflicción. Este mismo Espíritu Santo, está en usted y en mí, para darnos la fortaleza de seguir adelante, sea cual sea la situación que estemos viviendo.
Las incomodidades que estamos viviendo, no son de azar, son dolores de parto, tienen un propósito. Hay un regalo en ese sufrimiento, hay un ministerio en esa aflicción, hay una bendición en ese dolor. Dios tiene el control de todo, vamos a dar a luz nuevos sueños, que nos llevarán a un nuevo nivel en nuestro destino.
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
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