Judas 1:8-9 (Biblia al día)
“De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales. Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: ¡Que el Señor te reprenda!”.
Es posible que las “potestades superiores” o “seres celestiales” se refieran a los ángeles. Así como los hombres de Sodoma insultaron a los ángeles (Génesis 19), estos falsos maestros se burlaron de toda autoridad. Hablan mal de los dignatarios: Probablemente, estos dignatarios fueron los apóstoles u otros líderes de la iglesia. Su rechazo de la autoridad fue conectado con sus calumnias de los dignatarios.
Los poderes celestiales y las glorias angélicas eran rangos en la jerarquía angélica. Esto sigue inmediatamente después de la referencia a Sodoma y Gomorra como ejemplos terribles; y parte del pecado de Sodoma fue el deseo de sus habitantes de abusar de los visitantes angélicos (Génesis 19:1-11 ). Los hombres que Judas ataca hablaban mal de los ángeles. Para demostrar lo terrible que eso era cita Judas un ejemplo del libro apócrifo La Asunción de Moisés. Una de las cosas que extrañan de Judas son las citas de los libros apócrifos. A nosotros nos sorprenden; pero esos libros se usaban ampliamente en el tiempo en que Judas estaba escribiendo, y las citas que se hicieran de ellos serían muy efectivas, además estos libros son históricos.
La lección que Judas ve en esto es que el arcángel Miguel estaba ocupado en una tarea que le había asignado Dios; el diablo estaba tratando de impedírselo, presentando unos derechos que en realidad no tenía. Pero, hasta en un conjunto de circunstancias así, el arcángel Miguel no habló mal del diablo, sino simplemente le dijo: ¡Que el Señor te reprenda! Si el más importante de los ángeles buenos se negó a hablar mal del mayor de los ángeles malos, hasta en circunstancias tales, no hay duda que ningún ser humano puede hablar mal de ningún ángel.
Cuando Judas señaló que estos determinados hombres “rechazan la autoridad”, quiso decir que dichos hombres querían estar en autoridad. Por lo tanto, rechazaron la autoridad de Dios y rechazaron a los que Dios puso en autoridad. Hoy, nuestra cultura nos anima a rechazar la autoridad y a reconocernos a nosotros mismos como la única autoridad real en nuestras vidas. Podemos hacer esto con la Biblia, al optar por solo creer ciertos pasajes. Lo podemos hacer con nuestras creencias, al escoger en el “bufé de ensaladas” de las religiones. O podemos hacerlo con nuestro estilo de vida, al hacer nuestras propias reglas y no reconocer a las autoridades competentes que Dios ha establecido.
El arcángel Miguel como un ejemplo de alguien que no habla mal de las potestades. Judas mencionó dos tipos de seres angelicales. El arcángel Miguel está entre los seres angelicales fieles a Dios, entre los servidores de Dios y del hombre. El Diablo está entre los seres angelicales que se rebelan contra Dios y que son los enemigos del hombre.
Hay seres angelicales invisibles que nos rodean. Hay espíritus ministradores enviados por Dios para ayudarnos, y espíritus demoniacos que quieren derrotarnos. El Diablo no puede salvar a una persona salva, pero a través de sus engaños puede corromper y contaminar a un cristiano que se supone que camina en la pureza y en la libertad. Para el Diablo, somos bombas de tiempo, listas para arruinar su trabajo, bombas que a él le gustaría desactivar y hacer ineficaces.
La Biblia dice que el Diablo existe, aunque mucha gente hoy día no cree que existe. Cuando creen que existe, piensan en él como una imagen graciosa de la Edad Media. En aquel entonces, las obras milagrosas eran una forma principal de entretenimiento. Se hacía una especie de desfile donde las historias religiosas eran actuadas en el escenario. La audiencia aprendía a buscar un personaje que siempre se vestía de rojo, llevaba cuernos en la cabeza, y tenía una cola que colgaba detrás de él. Sus zapatos parecían pezuñas hendidas, y tenía un tridente en la mano. El público se divertía con esta caracterización tonta de Satanás, y tenía la idea de que era una especie de personaje cómico. Al Diablo no le importa que se piense de esta manera.
El arcángel Miguel: Este ser angelical es mencionado por su nombre en cuatro pasajes de la Biblia: Daniel 10, Daniel 12, Apocalipsis 12 y aquí en Judas. Cada vez que aparece Miguel, es en el contexto de la batalla o listo para luchar. Él es un arcángel, lo que significa un “ángel líder” al servicio de Dios.
Se observa que la palabra arcángel no se encuentra en el número plural en los escritos sagrados. Puede haber, debidamente, solo un arcángel, un jefe o cabeza de toda la hueste angélica. Tampoco la palabra Diablo, tal como se aplica al gran enemigo de la humanidad, jamás ha sido encontrada en plural, pues puede haber solo un monarca de todos los espíritus caídos.
“No se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: El Señor te reprenda”. La forma de la lucha del arcángel Miguel es un modelo para la guerra espiritual. En primer lugar, vemos que el arcángel Miguel estaba en una batalla. En segundo lugar, vemos que se enfrentó con la autoridad del Señor.
Cabe destacar que el arcángel Miguel no se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición. El arcángel Miguel no se burla o acusa al Diablo. Dios no nos ha llamado a juzgar el Diablo, ni a condenarlo, ni a burlarnos; sino a luchar contra él en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret.
La expresión “cuánto más” relaciona lo anterior con los “ciertos hombres” mencionados antes. Si el arcángel Miguel no se atrevió a pronunciar contra el Diablo un juicio de maldición, ¿Cuánto más deberían estos “ciertos hombres” no hablar mal de las potestades superiores?
2 Pedro 2:10-11
“Esto les espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor. ¡Atrevidos y arrogantes que son! No tienen reparo en insultar a los seres celestiales, mientras que los ángeles, a pesar de superarlos en fuerza y en poder, no pronuncian contra tales seres ninguna acusación insultante en la presencia del Señor”.
Dondequiera que están, los falsos maestros se burlan de las verdades espirituales que no han logrado comprender, toman el poder de Satanás de manera superficial y piensan que tienen la capacidad de juzgar lo malo o rechazar las autoridades espirituales. Muchos en nuestra época menosprecian lo sobrenatural. Niegan la realidad del mundo espiritual y afirman que sólo debe aceptarse lo que puede verse y sentirse. Así como los falsos maestros de la época del apóstol Pedro, en el día final serán considerados necios todos los que hayan obrado mal. No considere a la ligera a Satanás y sus poderes sobrenaturales ni sea arrogante en cuanto a su derrota. A pesar de que será destruido totalmente, él está empeñado en lograr que los cristianos se vuelvan satisfechos de sí mismos e ineficientes y de esta manera se rebelen contra las autoridades espirituales.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Fundación ONG
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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