2 Samuel 6:6-15
“Cuando llegaron al campo de trillar de Nacón, los bueyes tropezaron, y Uza extendió la mano para sujetar el Arca de Dios. Entonces se encendió el enojo del Señor contra Uza, y Dios lo hirió de muerte debido a lo que hizo. Así fue como Uza murió allí mismo junto al arca de Dios.
Entonces David se enojó porque la ira del Señor se había desatado contra Uza y llamó a ese lugar Fares-uza (que significa “desatarse contra Uza”), nombre que conserva hasta el día de hoy.
Ahora David tenía miedo del Señor y preguntó: ¿Cómo podré regresar el Arca del Señor para que esté bajo mi cuidado?. Por lo tanto, David decidió no trasladar el Arca del Señor a la Ciudad de David, sino que la llevó a la casa de Obed-edom, en Gat. El Arca del Señor permaneció en la casa de Obed-edom por tres meses, y el Señor bendijo a Obed-edom y a los de su casa.
Entonces le dijeron al rey David: El Señor ha bendecido a los de la casa de Obed-edom y a todo lo que tiene a causa del Arca de Dios. Luego David fue y llevó el Arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David con gran celebración. Cuando los hombres que llevaban el Arca del Señor dieron apenas seis pasos, David sacrificó un toro y un ternero engordado. Y David danzó ante el Señor con todas sus fuerzas, vestido con una vestidura sacerdotal. David y todo el pueblo trasladaron el Arca del Señor entre gritos de alegría y toques de cuernos de carnero”.
Uza solo estaba tratando de proteger el Arca de Dios. ¿Acaso fue justa la ira de Dios en contra de Uza? El Arca solo la podían mover los levitas (los sacerdotes), los cuales debían usar las varas para transportarla, nunca debían tocar el Arca. Tocarla era una ofensa capital bajo la ley hebrea. La acción de Dios iba dirigida tanto para el rey David como para Uza. El rey David colocó el Arca en un carro, siguiendo el ejemplo de los filisteos en lugar de seguir las órdenes de Dios.
El nombre Uza significa “fuerza”. Uza, aun cuando fue sincero en su deseo de proteger el Arca, tuvo que enfrentarse a las consecuencias de su pecado al tocarla. Además, Uza pudo no haber sido levita. Uza tomó la decisión en un breve momento de ignorar una orden de Dios y hacer lo que le pareció correcto. Incluso las decisiones tomadas en un breve momento tienen importancia delante de Dios.
La temeridad de Uza fue más que una acción por reflejo o instinto. Dios hirió a Uza porque su acción estuvo basada en un error crítico de pensamiento. Analicemos el pecado de Uza:
• Uza pecó al pensar que no importaba quién cargara el Arca.
• Uza pecó al pensar que no importaba cómo fuera transportada el Arca.
• Uza pecó al pensar que sabía todo sobre el Arca solo porque esta estuvo en casa de su padre por mucho tiempo.
• Uza pecó al pensar que Dios no podía cuidar del Arca por sí mismo. Confio más en su fuerza que en la de Dios.
• Uza pecó al pensar que el suelo de la era de Nacón era menos santo que su propia mano.
Uza no vio ninguna diferencia entre el Arca y cualquier otro artículo valioso. Su intención de ayudar era bastante acertada; pero había una profunda insensibilidad al terrible carácter sagrado del Arca, sobre la cual incluso sus portadores levitas tenían prohibido poner las manos.
Mientras que el rey David buscó traer de nuevo a Israel a una relación con Dios, Él tuvo que recordarle a la nación de una forma dramática que el entusiasmo debe ser acompañado por la obediencia a las leyes de Dios. La siguiente vez que el rey David trató de llevar el arca a Jerusalén, fue muy cuidadoso y lo hizo correctamente.
El rey David estaba enojado porque un hombre con buenas intenciones había muerto, y porque sus planes de un regreso gozoso del Arca se habían visto frustrados. Sin duda sabía que la falta era suya por haber transportado el Arca sin el debido cuidado. Después de que se calmó, hizo que el Arca fuera colocada en un refugio temporal mientras él esperaba ver si el Señor le permitiría llevarla a Jerusalén. Esto además le dio tiempo al rey David para considerar la manera correcta en la que debía transportar el Arca. El hecho de que Dios bendijera la casa de Obed-edom era una señal de que el rey David podría tratar una vez más de mover el arca a Jerusalén.
Obed-edom era un levita de la familia de Coat. Esta era la familia dentro de la tribu de Leví a la que Dios ordenó transportar y cuidar del Arca. “Y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa”: Cuando se obede la Palabra de Dios y se respeta Su santidad, sigue la bendición. Dios quería que el arca fuera una bendición para Su pueblo, no una maldición. Podríamos decir que la maldición no vino del corazón de Dios sino de la desobediencia del hombre.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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