1 Juan 2:19
“Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros”.
Hoy muchas personas son “cristianas” por menos que las mejores razones. Quizás ir a la iglesia sea una tradición familiar. A lo mejor gustan de los contactos sociales y de negocios que pueden desarrollar allí. O posiblemente el ir a la iglesia es un hábito de años, y nunca se detuvieron a preguntarse por qué lo hacían. ¿Cuál es su razón fundamental para ser cristiano? A menos que sea una razón cristocéntrica, usted podría en realidad no serlo. No debiera conformarse con menos de lo que es mejor. Usted puede relacionarse con Cristo personalmente y llegar a ser un discípulo leal y confiable.
Cuando las personas se van de nuestras vidas, ya no son parte de nuestro destino. Su tiempo a nuestro lado ha terminado. Si somos conscientes de esto y las dejamos ir, Dios nos dará otras personas que no solo estén con nosotros, sino también a favor de nosotros.
Esforcémonos por ser lo mejor que podamos cada día, y nuestro Padre Celestial llevará a nuestras vidas relaciones divinas. Dejemos ir a esas personas que no aportan a nuestras vidas, bendigámoslas y respetémoslas. Aprendamos lo siguiente: Dios siempre llevará a nuestras vidas a las personas correctas, sin embargo, debemos dejar que las personas incorrectas se vayan, se alejen. Las personas correctas nunca aparecerán, si nosotros no despejamos el camino de personas incorrectas.
Una de las cosas más difícil de aceptar, es que no todas las personas han de estar en nuestras vidas para siempre. Algunas deberán irse en algún momento y debemos dejarlas ir. Al igual que Dios trae de modo sobrenatural a personas a nuestras vidas, Él también hará irse a algunas personas de modo sobrenatural. Si queremos seguir creciendo, debemos aprender a eliminar la dependencia de algunas personas.
No intentemos convencer a las personas para que nos quieran. No intentemos persuadirlas para que permanezcan a nuestro lado sino quieren estar con nosotros. Dejémoslas ir. Cuando alguien se aleja, no es un accidente ni una circunstancia, es Dios abriendo puertas y preparándonos para traer a alguien incluso mejor para nuestro propósito de vida. Amén.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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