Salmo 2:4
“El Rey de los cielos se ríe; el Señor se burla de ellos”.
Dios se ríe, no de las naciones, sino de la idea errónea que tienen del poder. Es la clase de risa de un padre cuando su hijo se jacta de correr más aprisa que su padre o de poder ganarle en una lucha. El padre sabe las limitaciones de su hijo, y Dios conoce las limitaciones nuestras y la de las naciones. Somos limitados y cada nación es limitada, pero Dios es trascendente. Si tenemos que elegir entre depositar nuestra confianza en Dios o en las naciones, ¡elijamos a Dios!
¿Por qué se ríe Dios?
Salmo 37:13
“Pero el Señor se ríe de los malvados, pues sabe que les llegará su hora”.
Los justos no tenemos motivos para impacientarnos ante los posibles éxitos que los malvados obtengan en sus planes contra nosotros, ya que sus maquinaciones se volverán contra ellos, pues terminarán en el fracaso y en el ridículo. Son orgullosos e insolentes, pero Dios los contempla con desprecio y se ríe de ellos, pues ve que sus intentos van a quedar fallidos. Los malvados tienen ahora su día, pero el día de Dios es el que les dará el juicio decisivo, viene pronto. Sus intentos acabarán en su propia destrucción. Amén.
Dios se ríe porque conoce el final de la historia. Él conoce el resultado final. La buena noticia es que tú y yo ganamos. ¡Nuestro Padre Celestial siempre nos hace triunfar!
Cuando las cosas se pongan difíciles y parezcan que no tienen solución, podemos reírnos por fe, sabiendo que Dios ya ha escrito el capítulo final. Dios ya ha anotado la victoria a nuestro favor.
Debemos aprender a reír como Dios ríe. La risa es uno de los mayores liberadores de estrés que existe. La risa nos hace sentirnos mejor y libera sanidad en nuestros sistemas. Cuando nos reímos, las presiones de la vida se desvanecen y nos sentimos restaurados y rejuvenecidos. Solo trabajo y nada de diversión no es sano. Desarrollar el sentido del buen humor y buscar oportunidades para reír puede marcar una gran diferencia en tu calidad de vida. Sonriamos tan a menudo como nos sea posible.
Génesis 17:17
“Entonces Abraham inclinó el rostro hasta el suelo y se rió de pensar: ¿Acaso puede un hombre tener un hijo a los cien años, y ser madre Sara a los noventa?”.
Dios le dio a Abraham la promesa de que sería el padre de un hijo. En lo natural era imposible, pues era demasiado viejo. Lo primero que hizo Abraham fue reírse, la suya fue la risa de la fe. Dijo: Sé que tú puedes hacer que esto suceda. Sé que eres un Dios sobrenatural y sonrió.
Cada día, encontremos algún motivo para reír. Busquemos oportunidades. Si no creemos que tengamos razones para hacerlo, entonces aprendamos a reír por fe. Mantengamos un corazón feliz y una mente alegre, y disfrutaremos más de la vida.
Nuestro Padre Celestial nos ha dado todo lo que necesitamos para vivir sanos, sin embargo, nos corresponde a nosotros apropiarnos de todas esa cosas mediante la risa y ver el humor que hay en la vida.
Personalmente, he decido que nunca seré un viejo gruñón. No me permitiré a mí mismo amargarme conforme vaya envejeciendo. Estaré lleno de gozo. Cuando llegue mi momento de partir, me iré con una sonrisa en mi rostro, una sonrisa en mi corazón y una broma en mi bolsillo.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
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