Salmo 27:10
“Aunque mis padres me abandonen, el Señor se encargará de mí”.
Muchos han tenido la triste experiencia de ser abandonados por su padre o su madre, por parejas, amigos, seres queridos. Los hogares destruidos, las diferencias de creencia, el vicio de las drogas o el alcohol, la infidelidad, las mentiras, el engaño, y aun el aislamiento sicológico pueden dejar a las personas afectadas por estas pérdidas. Este dolor puede persistir aun siendo adultos. Dios puede ocupar ese lugar en nuestras vidas, llenar ese vacío y sanar esas heridas. Él puede dirigirnos hacia adultos que pueden ser para nosotros padres o madres, amigos, parejas, compañeros. El amor de Dios basta para todo.
En este versículo podemos ver la forma que el rey David emplea para decir que Dios se preocupa más por nuestro bienestar de lo que nuestro padre y nuestra madre harían. El amor de Dios va más allá que el amor filial. El verso debe ser considerado como un proverbio y no interpretado como si los padres de David lo hubiesen abandonado.
Nuestro valor no disminuye porque alguien nos maltrató y nos abandonó. El hecho de que alguien nos menospreció, no quiere decir que no valgamos. Seguimos siendo la niña de los ojos de Dios; seguimos siendo su posesión más preciada. Debemos sacudirnos la vergüenza, la culpabilidad y no permitir que la amargura eche raíces en nuestra vida. Nuestro Padre Celestial hará que el resto de nuestras vidas, sea mejor de lo que habría sido si las cosas malas no hubieran sucedido. Dios va a devolvernos más, no estamos solos.
Si fuimos abandonad@s, rechazad@s o menospreciad@s, no creas esas voces que dicen que no eres lo bastante buen@, o que no eres lo bastante atractiv@. Todo son mentiras del enemigo. No haya nada malo en nosotros, sin embargo, si hay algo malo en ellos. Nosotros no tenemos el problema, el problema lo tienen ellos.
Dios no va a abandonarnos, Él es fiel aun en nuestras infidelidades. Levantemos nuestra cabeza, el día de la recompensa ya viene. Nuestro amado Padre Celestial traerá justicia a nuestras vidas. No sé cuánto tomará, pero Dios nos ha prometido que Él saldará nuestras cuentas. Restaurará lo que el enemigo nos ha robado. No importa lo mal que nos hayan tratado. Dios ajustará las cuentas y vendrá a nuestro lado y nos recompensara. Amén.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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