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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Dos pecados de los cuales nos salva la sabiduría

Proverbios 2:12-22


“La sabiduría te salvará de la gente mala, de los que hablan con palabras retorcidas. Estos hombres se alejan del camino correcto para andar por sendas tenebrosas. Se complacen en hacer lo malo y disfrutan los caminos retorcidos del mal. Sus acciones son torcidas, y sus caminos son errados.


La sabiduría te librará de la mujer inmoral, de las palabras seductoras de la mujer promiscua. Ella abandonó a su marido y no hace caso del pacto que hizo ante Dios. Entrar a su casa lleva a la muerte; es el camino a la tumba. El hombre que la visita está condenado; nunca llegará a los senderos de la vida.


Tú, en cambio, sigue los pasos de los hombres buenos y permanece en los caminos de los justos. Pues sólo los justos vivirán en la tierra y los íntegros permanecerán en ella. Pero los perversos serán quitados de la tierra, y los traidores serán arrancados de raíz”.


La sabiduría nos impedirá seguir caminos malvados y asociarnos con el ser humano que habla cosas perversas. Nuestra naturaleza caída puede sentirse atraída por cosas perversas, pero la sabiduría nos protegerá de ese camino, de aquellos que abandonan los caminos de la rectitud. La protección prometida se define primero como la liberación de hombres y mujeres apóstatas que han optado por sendas oscuras y torcidas en lugar de las formas claras y directas de nuestro Padre Celestial.


La naturaleza caída del ser humano no solo se siente atraída por lo que es malo y perverso, se regocija y se deleita en ello. La vergüenza se descarta y se celebra lo que está mal y retorcido. Esta celebración de la perversidad no es exclusiva de nuestro tiempo, pero ciertamente marca nuestra época presente.


La Sabiduría nos protege de estos hombres y mujeres malvados. Si no estamos protegidos por la sabiduría, sus caminos torcidos vendrán a dañarnos, y vamos a sufrir por su carácter tortuoso.


En este proverbio, Salomón especialmente le habla a su hijo, quien podría ser fácilmente engañado y atrapado por la mujer inmoral. La sabiduría podría protegerlo de ella.


La sabiduría de la Biblia es mucho más sofisticada que gran parte del pensamiento popular en el mundo de hoy. Hoy existe la tendencia a ver las cosas sin matices; por ejemplo, pensar en todas las mujeres como víctimas de todos los hombres. Esto rechaza la idea de la mujer inmoral, pensando que si hay un enlace sexual entre un hombre y una mujer, él debe ser el perpetrador y ella debe ser la víctima. La Biblia reconoce que los seres humanos y las relaciones humanas son mucho más complicadas que eso.


Cuando el versículo nos habla de la mujer extraña y seductora, se refiere a alguien que está fuera del círculo de las relaciones apropiadas de un hombre, es decir, una ramera (prostituta) o una adúltera. También en algunas partes de Latinoamérica les llaman “prepagos”.


La ajena que halaga con sus palabras: antes de que Salomón describiera a la mujer extraña de otra manera, él escribió sobre ella como una seductora que usa palabras para halagar. El Cantar de los Cantares nos muestra que el Rey Salomón conocía el poder de la forma femenina, pero también hay un gran poder en las halagadoras palabras de la seductora. El texto original intima los discursos fluidos y aceitosos de una prostituta.


La mujer inmoral que Salomón tenía en mente tenía antecedentes de deslealtad e infidelidad. Esto fue evidente no solo entre los hombres (el compañero de su juventud), sino aún más importante en su relación con Dios (que olvida el pacto de su Dios). El matrimonio es un pacto mixto, en parte religioso y en parte civil: las partes se vinculan primero a Dios, y luego a los demás. Una persona que comete adulterio, que significa “ruptura del pacto”, quebrante el lazo con Dios y con la ley civil que los unió. Que triste esto.


Por lo cual su casa está inclinada a la muerte: esta es una parte importante de la protección que da la sabiduría, para ver hacia dónde conduce un camino. El tiempo con la seductora aduladora parece maravilloso, pero la sabiduría nos ayuda a entender hacia dónde nos lleva, y es hacia la muerte. Sin embargo, cuántos por este medio han perdido sus almas. Dice el escritor Trapp, “nada ha enriquecido tanto el infierno, como rostros y un cuerpo hermoso”.


Matthew Poole escribió sobre muchas maneras en que una casa está inclinada a la muerte: “Al desperdiciar los espíritus vitales de un hombre y acortar su vida; exponiéndolo a muchas y peligrosas enfermedades, que los médicos han declarado y demostrado ser los efectos de una lujuria desmesurada; como también a la furia de esposos o amigos celosos, y algunas veces a la espada de la justicia civil, e indudablemente, sin arrepentimiento, a la ira de Dios y la segunda muerte”. Que duro este texto.


Sus veredas o caminos son hacia la tumba o los muertos: Aquellos que entran a la casa de la mujer inmoral, por otro lado, encuentran solo los fantasmas de aquellos que los precedieron y descubren demasiado tarde que no hay salida. Todos los que a ella se lleguen, no volverán: como ocurre con muchas declaraciones en los Proverbios, esto no es un compromiso absoluto, sino un verdadero principio. Salomón había visto a muchos ir por el camino de la muerte con una mujer extraña, para nunca volver al camino de la sabiduría.


Una vida dada tempranamente a la promiscuidad y el pecado sexual es mucho más difícil de reclamar. Es mucho mejor nunca andar por esos caminos. Es por eso que Salomón advirtió, Todos los que a ella se lleguen, no volverán: los adúlteros y tramposos rara vez son llevados al arrepentimiento, generalmente están endurecidos por el poder y el engaño de esa lujuria, y por el juicio justo de Dios.


Salomón le recordó a su hijo las consecuencias del camino de la extraña. Invita a la disciplina o el juicio de Dios, quien de acuerdo con su pacto con Israel prometió que los rectos habitarán en la tierra, pero los impíos serán cortados de ella. Estas consecuencias nos dan una elección clara, una u otra.


Dos de los pecados más difíciles de resistir son la soberbia y la inmoralidad sexual. Ambos son seductores. La soberbia dice: “Me lo merezco”. El deseo sexual dice: “Lo necesito”. En combinación, su llamado es mortal. En efecto, dice Salomón, solo confiando en la fortaleza de Dios podemos superarlos. La soberbia apela a una cabeza vacía, la tentación sexual a un corazón vacío. Al mirar a Dios, podemos llenar nuestra mente de su sabiduría y nuestros corazones con su amor. No permita que lo engañen, recuerde lo que Dios dice acerca de lo que usted es y lo que debería ser. Pídale fortaleza para resistir estas tentaciones.


Hay un precio que pagar si queremos ganar sabiduría espiritual, pero hay un precio aún mayor que pagar si no la ganamos. Debemos caminar con Dios a través del estudio de Su Santa Palabra.


Dios los guarde y los proteja siempre.



Pastor Kike Escobar (WMF)

Fundación ONG

Unidad Internacional de Oración (UIO)

Restoration Church UK

www.kikeescobar.com

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