Hechos 5:12-16
“Los apóstoles hacían muchas señales milagrosas y maravillas entre la gente. Y todos los creyentes se reunían con frecuencia en el templo, en el área conocida como el Pórtico de Salomón. Pero nadie más se atrevía a unirse a ellos, aunque toda la gente los tenía en alta estima.
Sin embargo, cada vez más personas, multitudes de hombres y mujeres, creían y se acercaban al Señor. Como resultado del trabajo de los apóstoles, la gente sacaba a los enfermos a las calles en camas y camillas para que la sombra de Pedro cayera sobre algunos de ellos cuando él pasaba.
Multitudes llegaban desde las aldeas que rodeaban Jerusalén y llevaban a sus enfermos y a los que estaban poseídos por espíritus malignos, y todos eran sanados”.
Aquí tenemos como un retrato en miniatura de lo que sucedía en la Iglesia Primitiva. Se nos dice dónde se reunía. Su punto de contacto era la columnata de Salomón, una de las dos que rodeaban el recinto del Templo. Los primeros cristianos asistían fielmente a la casa de Dios, porque querían conocer mejor a Dios y recibir su poder en su vida. Se nos dice cómo se reunía la iglesia. Los cristianos originales se reunían donde todo el mundo pudiera verlos. Se sabía lo que había pasado con los apóstoles, y lo que podía pasarles; pero ellos estaban decididos a mostrarles a todos a quién pertenecían y por qué se mantenían firmes. Se nos dice que la Iglesia Primitiva era maravillosamente eficaz. Sucedían cosas. Eran los días, que esperamos que vuelvan, en los que el ministerio de sanidad de la Iglesia estaba bien a la vista; pero la Iglesia siempre existe para hacer que los malos se hagan buenos, y la gente acudirá siempre a una iglesia en la que las personas cambian para bien.
¿Qué hace al cristianismo atractivo o influyente? Es fácil sentirse atraído a una iglesia por sus programas, buenos predicadores, tamaño, comodidades o compañerismo. La iglesia primitiva atraía a los creyentes por el poder y los milagros de Dios, la generosidad, la sinceridad, la honestidad, la unidad de los miembros y el carácter de los líderes. Dios quiere añadir creyentes a su iglesia, no solo nuevos y mejores programas ni congregaciones más grandes y mejor decoradas.
Los apóstoles tenían pacientes en abundancia y ganaban también abundante reputación por el poder curativo que mostraban. Como hacían con el Señor, tanto de Jerusalén como de las ciudades circunvecinas traían enfermos y endemoniados, y todos eran sanados. Es de notar, sobre todo, la esperanza de la gente de que hasta la sombra de Pedro podía curar a alguno de ellos cubriéndole. En esto se cumplía la promesa de Jesús de que habían de hacer mayores cosas que Él. Y si tales cosas podía hacer Pedro, tenemos motivo para pensar que los demás apóstoles gozaban del mismo poder, como ocurrió después con los pañuelos y delantales que habían estado en contacto con el cuerpo de Pablo.
Así tuvieron los apóstoles la oportunidad de convencer al pueblo del origen divino de la doctrina que predicaban y estimularles a dar crédito al Evangelio y ser añadidos cada día más miembros a la Iglesia.
Continuara……..
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
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