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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Epílogo del libro de Ester

Llegamos hoy al capítulo 9 en el estudio del libro de Ester. En nuestro devocional anterior, vimos que Dios, por medio de Su providencia había dominado la situación, cuando un decreto del rey había sido publicado, en el cual se buscaba la exterminación de Su pueblo. Él estaba controlando las vidas de una joven, la reina Ester, y su padre adoptivo, Mardoqueo, por medio de Su providencia. Ellos estaban viviendo fuera de la voluntad de Dios, así como todo el pueblo, porque los israelitas no habían regresado a su tierra. Pero Él estaba actuando a favor del pueblo israelita, porque siempre cumpliría Sus promesas dadas al patriarca Abraham. Ya vimos en el Génesis 12:3, que Dios le había prometido lo siguiente: “Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.


Dios se encontraba, por así decirlo, oculto entre las sombras, como hemos dicho en tantas ocasiones, aparentemente fuera de los acontecimientos que estaban teniendo lugar, pero cuidando fielmente a aquellos que le pertenecían. Así es que cuando llegó el momento propicio, Dios tenía ya a Ester en el trono, de manera que ella pudiera influir directamente en lo que se tramaba en las altas esferas del poder político. Ahora, al principio de esta historia no se veía claramente de qué manera esta joven podría ser utilizada por la providencia de Dios. Ella ganó el primer gran concurso mundial de belleza. Ella fue la Miss Universo de su tiempo, cuando aún no se realizaban concursos para elegir a la mujer más hermosa de un imperio. Pero al avanzar en esta historia vimos que ella llegó a ser la reina de uno de los más grandes reinos mundiales; en realidad, el segundo gran reino mundial. El reino de los Medos y los Persas. Así que esta joven estuvo en esa posición de poder en el momento propicio. Y Mardoqueo había tenido mucha razón cuando, para animarla ante los momentos difíciles que habría de pasar al interceder ante el rey Jerjes, le dijo: ¿quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Y así fue. ¿Por qué? Por la providencia de Dios. Dios estaba en control de la situación.


El acontecimiento clave de estos últimos devocionales fue la caída del malvado Amán en desgracia. Habiendo subido tanto en su posición social y política, hasta llegar al cargo de primer ministro, su caída fue vertiginosa y espectacular, en unas pocas horas, terminando su vida ahorcado como el criminal que realmente era. El otro acontecimiento clave fue la ascensión de Mardoqueo, un hombre honrado, fiel a sus convicciones religiosas, leal a su soberano y a su pueblo, hasta llegar a ocupar el cargo más alto del reino, después de los reyes, prácticamente la posición de la cual había caído Amán.


Una vez muerto Amán y encumbrado Mardoqueo, los judíos que estaban bajo el temor del decreto que por influencia de Amán se había promulgado para exterminarles, se enteraron con gran alegría de que el rey, por influencia de la reina Ester, estaba de parte de ellos y había publicado otro decreto para salvarles. Tuvieron que creer en ese decreto que les traía la salvación y obrar en consecuencia. Y cuando ellos lo hicieron, fueron salvos de aquel otro decreto de condenación.


Nosotros tenemos un Salvador maravilloso en el día de hoy, y el trono de Dios no es un trono de juicio, es un trono de gracia. Dios no quiere su perdición. Él tiene Sus brazos abiertos, extendidos hacia un mundo perdido. Y Dios no quiere castigar a nadie. Dios está transmitiendo, por medio del Evangelio, un mensaje de amor y de gracia. Les está diciendo a todos y a cada uno, a nivel personal: “Ven a mí”. Tenemos que creer en Él, pues no hay salvación si no creemos en el Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Redentor, aceptando el sacrificio realizado por Él en la cruz del Calvario a favor nuestro.


Continuará……


Un abrazo.


Pastor Kike Escobar (WMF)

Unidad Internacional de Oración (UIO)

Restoration Church UK

www.kikeescobar.com



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