Lucas 5:27-31
“Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví (Mateo), sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
Y Leví (Mateo) le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”.
Los escribas y fariseos criticaban. Los fariseos (los separados) no habrían dejado que el extremo de su túnica rozara a uno como Mateo (Leví). Jesús les dio una respuesta irrefutable. Les hizo notar que son precisamente los enfermos los que necesitan un médico; y personas como Mateó y sus amigos eran los que le necesitaban más. No estaría mal que consideráramos al pecador más como un enfermo que como un criminal; y al que ha cometido un error, más que como alguien que merece desprecio y condenación, como alguien que necesita amor y ayuda para encontrar la rehabilitación.
Los fariseos se presentaban en público con apariencia de buenos, al hacer buenas acciones y señalar los pecados de otros. Jesús decidió invertir su tiempo, no con estos líderes religiosos justos, según ellos, sino con gente consciente de su pecado y que no era lo bastante buena para Dios. Para llegar a Dios, usted debe arrepentirse; y para hacerlo, debe reconocer su pecado.
El mundo está lleno de personas que necesitan ser comprendidas. No sabemos lo que otros están atravesando. No conocemos el sufrimiento y el dolor que han soportado. Puede que sean diferentes y tengan complejos y hagan cosas que nosotros no haríamos. Debemos tomar tiempo para conocer sus historias, intentar ponernos en su lugar y comprenderlos como son.
La mayoría de las veces no conocemos todos los hechos sobre las personas a las que juzgamos y criticamos. Dios no nos puso aquí para que les condenemos. Necesitan nuestra misericordia, nuestro perdón y nuestra comprensión para regresar al camino correcto. Ser críticos y duros no produce sanidad. Así no levantamos a las personas; tan solo las aplastamos amas.
Nuestras iglesias no deberían ser museos que muestran a personas perfectas; deberían ser hospitales para ayudar a quienes sufren y están solos. Lamentablemente las iglesias se han convertido en hospitales, que echan fuera sus enfermos. En vez de aceptar y sanar al enfermo espiritual, lo rechazan con críticas y condenación.
Romanos 15:1
“Nosotros, los que sí sabemos lo que Dios quiere, no debemos pensar solo en lo que es bueno para nosotros mismos. Más bien, debemos ayudar a los que todavía no tienen esa seguridad”.
Tendremos que soportar faltas y pasar por alto fallos. Tenemos que hacer concesiones en cuanto a las debilidades de otros. Lo que está más cerca del corazón de Dios es ayudar a las personas que sufren. La cantidad de amor, misericordia, comprensión y compasión que demos a otros, nuestro Padre Celestial nos la devolverá a nosotros.
Cuando veamos a las personas con ojos de amor, ojos de compasión y ojos de comprensión, dejaremos de ser críticos. Seremos excelentes huéspedes espirituales. Acogeremos al necesitado, al enfermo y al pecador, como fuimos acogidos nosotros cuando llegamos por primera vez a la iglesia, como fuimos acogidos por Dios cuando llegamos a Sus pies. Aprendamos a mirar con los ojos de amor de Dios y veremos salvación, vida y bendición. Amén.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
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