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Foto del escritorPs. Kike Escobar

La oración y la alabanza, nuestra fuente de protección.

1 Samuel 23:24-29


“Los de Zif se despidieron de Saúl y volvieron a su tierra. Mientras tanto, David y sus hombres se encontraban en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur del desierto. Cuando le avisaron a David que Saúl y sus hombres venían en su búsqueda, bajó al peñasco del desierto de Maón. Al enterarse de esto, Saúl dirigió la persecución hacia ese lugar.


Saúl avanzaba por un costado del monte, mientras que David y sus hombres iban por el otro, apresurándose para escapar. Pero Saúl y sus hombres lo tenían rodeado. Ya estaban a punto de atraparlo, cuando un mensajero llegó y le dijo a Saúl: ¡Apresúrate, que los filisteos están saqueando el país! Saúl dejó entonces de perseguir a David y volvió para enfrentarse con los filisteos. Por eso aquel sitio se llama Sela Hamajlecot.


Luego David se fue de allí para establecerse en los refugios de Engadi”.


Algunos de los habitantes de la ciudad de Zif comunicaban a Saúl los particulares del escondite de David. David se encontraba en la colina de Haquila (algo oscuro o usado con dificultad). La región es muy quebrada y los profundos arroyos rodeados por altos despeñaderos pintan un cuadro de gran oscuridad y desolación. Los hebreos hablaban de ellos como valles de sombra de muerte como si fueran los abismos subterráneos de los mismos muertos. Aquí se refiere otra vez a un lugar desértico.


Otra vez David recurre a su única fuente de protección y consolación, la oración y la alabanza. Apunta esas palabras inmortales del Salmo 54 durante este período de su vida. Manifiesta su gran confianza en Dios y pide que él mismo se encargue de sus enemigos.


Por favor lee este Salmo 54 en voz alta;


“Sálvame, oh Dios, por tu Nombre; defiéndeme con tu poder. Escucha, oh Dios, mi oración; presta oído a las palabras de mi boca. Pues gente extraña me ataca; tratan de matarme los violentos, gente que no toma en cuenta a Dios. Selah


Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene, y hará recaer el mal sobre mis adversarios. Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos! Te presentaré una ofrenda voluntaria y alabaré, Señor, tu buen nombre; pues me has librado de todas mis angustias, y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos”.


No podemos estar seguros, pero el famoso Salmo 23 tiene varias frases que nos hacen pensar en este período de la vida de David. Muy bien hubiera podido escribirse en el desierto.


¿Cómo es posible que Saúl hubiera estado tan equivocado? La presencia de David siempre le acusaba de haber desobedecido a Dios. La presencia de David le recordaba que había sido rechazado por su desobediencia. La presencia de David le aseguraba de que algún día sería reemplazado como el primero en el reino. En su desesperación y depresión Saúl se dejó hundir en un pozo de ansiedad neurótica, padeciendo sensaciones de aprehensión y tensión que no experimentaría una persona equilibrada. Tales personas dependen excesivamente de otros que son percibidos como amigos y, por lo tanto, Saúl siente gran alivio por la venida de los habitantes de Zif.


Este episodio se entiende mejor al darnos cuenta de que existían arroyos profundos que surcan el área. Para cruzar estos arroyos o quebradas es necesario seguirlos paralelos por una distancia antes de poder pasar al otro lado. Pero si Saúl enviaba tropas hacia los dos extremos, tarde o temprano encontraría la manera de cruzar y capturaría a David. Por eso David se daba prisa, sabiendo que las tropas de Saúl le estaban cerrando. Pero en ese momento llegan las noticias de que los filisteos habían invadido el país. No había alternativa. Saúl tuvo que retirarse para enfrentar la situación amenazante y David escapó.


La oración de David fue contestada y Dios valiéndose de los enemigos de Israel le dio salida. El nombre que se aplica al lugar demuestra la realidad del peligro. Sela Hamajlecot, quiere decir “la peña de las separaciones” o “divisiones”. Dios “le abrió camino a David en el desierto” para escapar de la mano de su adversario. Así también suplirá Dios una salida de la tentación para todos sus fieles. “Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir”. (1 Corintios 10:13).


Dios los guarde y los proteja siempre.


Pastor Kike Escobar (WMF)

Unidad Internacional de Oración (UIO)

Restoration Church UK

www.kikeescobar.com

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