Rut 3:7-10
“Después de que Booz terminó de comer y de beber y estuvo de buen ánimo, se acostó al otro extremo del montón de grano y se durmió. Entonces Rut se acercó sin hacer ruido, le destapó los pies y se acostó.
Alrededor de la medianoche, Booz se despertó de pronto y se dio vuelta. Entonces se sorprendió, ¡al encontrar a una mujer acostada a sus pies! ¿Quién eres? preguntó. Soy Rut, su sierva, contestó ella. Extienda sobre mí el borde de su manto ya que usted es el redentor de mi familia.
¡El Señor te bendiga, hija mía! exclamó Booz. Muestras aún más lealtad familiar ahora que antes, pues no has ido tras algún hombre más joven, sea rico o pobre”.
Rut obedeció todo mandato e instrucción de Noemí. Y a la media noche, Booz debió sentir frío porque no estaba cubierto por su manto. Se sentó y descubrió que alguien estaba acostado a sus pies y al fijarse más detenidamente, descubrió que era una mujer. En la oscuridad, él le preguntó su identidad. Y la contestación de Rut fue notable.
Le descubrió los pies: El propósito obvio era que la frialdad de la noche lo despertara para que pudiera descubrirla a sus pies. Se estremeció alude a la reacción que experimentó al sentir el frío de la noche.
Ésta es una de las escenas más hermosas de la Palabra de Dios. Aquí estaba este hombre de guerra, hombre bueno y valiente, un hombre rico. Y también estaba aquí la bella mujer de Moab, quien se hallaba desvalida y muy pobre. Y ella le pidió que él fuera su pariente-redentor, su esposo.
Este es el momento más tierno del relato y el que más se presta a falsas interpretaciones. El incidente no tiene nada que ver con algo tan inapropiado como una cita de medianoche.
La cultura de los pueblos del antiguo Medio Oriente incluía la costumbre de extender el borde de una capa sobre la persona a quien se proponía matrimonio, una tradición a la cual Rut claramente alude, como lo podemos observar en el versículo que citaremos a continuación;
Ezequiel 16:8
“Cuando volví a pasar, vi que ya tenías edad para el amor. Entonces te envolví con mi manto para cubrir tu desnudez y te pronuncié mis votos matrimoniales. Hice un pacto contigo, dice El Señor Soberano, y pasaste a ser mía”.
¡El Señor te bendiga, hija mía! exclamó Booz. Muestras aún más lealtad familiar ahora que antes, pues no has ido tras algún hombre más joven, sea rico o pobre”.
Las palabras de Booz parecen sugerir que los jóvenes se sentían atraídos por Rut. También da a entender que hubiese sido penoso acercársele a causa de su edad, por lo que era necesario que Rut tomara la iniciativa.
Dios había derramado Su favor sobre Rut y este favor se halló a los ojos de Booz. Éste sabía que la petición de ella era justa y honesta, y correspondió como debía, sabedor que no era una pasión sensual lo que la había llevado a los pies de él, por lo que mantuvo valientemente su honor y el de ella. No era un momento para el desenfreno sexual, era un momento para la honra y el respeto, lo cual hizo de esta escena algo bello y trascendental.
En lugar de actuar como permitía la ley de Moisés, llevando a Booz ante los jueces, llamando a los ancianos de la ciudad para obligarle a cumplir su deber como goel, es decir, como pariente-redentor, Rut callada y discretamente le dio una oportunidad para rechazar o aceptar esa función. No le habrían puesto en aprietos públicamente, ni le habrían obligado legalmente a hacer lo que no tenía en mente ni en su corazón para hacer. Pero, Noemí y Rut tenían todos los indicios como para creer que él sólo estaba esperando poder actuar como goel o sea como pariente-redentor, cuando se presentara la oportunidad. Y la respuesta de Booz así lo confirmó. En cuanto a nosotros, demos gracias a Dios que tenemos un Salvador y nuestra relación con Él es también una historia de amor. Porque Él se entregó a sí mismo a la muerte en la cruz para poder redimirnos. Aleluya.
Continuara……..
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
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