Después de estudiar detenidamente esta hermosa historia, podemos encontrar las recompensas que Rut obtuvo por su comportamiento ejemplar.
Observemos algunas de ellas:
Como esposa. Booz la tomó y, tras las solemnidades de costumbre, la llevó a su casa, y ella fue su mujer. Booz había orado que esta piadosa forastera recibiese plena recompensa del Dios de Israel por su bravura y constancia, ya que había venido a refugiarse bajo las alas del Señor. Ahora era él precisamente el instrumento ordenado por Dios para darle a Rut la recompensa que Booz había deseado para ella. La plegaria de Booz había sido escuchada y respondida.
Como madre. El Señor le permitió que concibiese y diese a luz un hijo, porque es recompensa de Dios el fruto del vientre, “los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte” Salmo 127:3.
Como nuera. Rut seguía siendo nuera de Noemí, pues ésta no sólo no había quedado relegada al olvido, sino que era ahora la principal partícipe en la alegría y las alabanzas de las mujeres de Belén. Así como el matrimonio fue dirigido y celebrado por medio de una oración, así también el nacimiento del hijo fue celebrado con acción de gracias.
Es una pena que el piadoso lenguaje que leemos en estos versículos esté ausente de las ceremonias de los creyentes o haya degenerado en rutinario formalismo. “Glorificado sea El Señor”, dicen a Noemí las mujeres de Belén, que hizo que no te faltase hoy un pariente redentor. El niño pasa ahora a ser “el redentor” o goel, porque significa el porvenir seguro de la familia, hijo de una nuera que ama a su suegra más que a su madre, y es de más valor para ella que siete hijos. Los lazos del amor son más fuertes que los de la naturaleza.
Noemí responde tomando al niño en su regazo y siendo su aya (su propio hijo). Si Booz era hermano de Elimélec, lo cual entra dentro de lo probable, el poner al niño en su regazo sería un símbolo de adopción del niño por Noemí, aunque esto no puede afirmarse con seguridad. En todo caso, las vecinas: Llaman al niño hijo de Noemí y le ponen por nombre Obed que significa “siervo o servidor” (se sobrentiende, de Dios). Si no fueron directamente las vecinas quienes le pusieron el nombre (pues ello es muy poco probable), al menos lo sugirieron. El nombre era muy apropiado para el hijo de unos padres tan piadosos.
Veamos también algunas verdades que esta historia enseña y algunas acciones que nos invita a realizar.
· Construyamos relaciones piadosas. El libro de Rut está repleto de principios relacionados con la justicia y la piedad en las relaciones humanas. Rut nos ofrece un ejemplo supremo de alguien que prioriza las relaciones personales. Ella ejemplifica la lealtad, la obediencia, la diligencia y la rectitud moral. Muchas penas podemos ahorrarnos si aprendemos a relacionarnos con los demás sobre la base del amor y comprendemos lo que esto implica para nuestros vínculos con otras personas.
· No hagamos compromisos apresuradamente. Esperemos hasta que conozcamos todas las implicaciones de cualquier compromiso que vamos a contraer ante otra persona. Dios no gusta de los caminos cortos, es un Dios de procesos. Debemos tomarnos el tiempo necesario para decidir en oración, siempre será de bendición no apresurarnos.
· Practiquemos la lealtad. comprendamos que una persona leal sitúa sus relaciones personales por encima de las ventajas o la comodidad.
· Aprendamos a servir. Dios nos está llamando a servir a aquellos que amamos. Dios honrará a los que tienen un corazón humilde como Rut.
· Seamos hospitalarios. La hospitalidad supone ser amables y generosos con los extraños. La mayoría de la gente trata bien a los amigos, pero los creyentes piadosos tratan a los extraños como a las personas amigas. Practica la hospitalidad con los extraños. No seas remiso a la hora de bendecir a aquellos con quienes no estás familiarizado. Conoce que Dios recompensa y honra el desinterés.
· Respetemos a nuestros superiores. Relacionarnos correctamente con personas de autoridad sobre nosotros, es una característica de los creyentes. La lealtad y la obediencia son una clave de tal actitud frente a las personas en jerarquía o autoridad. Obedece a las autoridades legítimas. Dios bendecirá tal actitud por vías que no esperas.
Continuara…..
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
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