Salmo 24:9
“Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria”.
Si queremos que Dios intervenga y nos muestre Su favor, tenemos que levantar nuestras cabezas. No podemos andar por la vida con la cabeza agachada, pensando en todo lo malo que nos ha pasado, reviviendo lo negativo y esperar tener lo mejor de Dios. Levantemos nuestras cabezas. Hay mayores victorias en nuestro futuro de las que hemos experimentado en nuestro pasado.
Estamos al lado de nuestra tierra prometida. Nuestro gran momento se encuentra a la vuelta de la esquina; esa victoria, la realización de nuestro gran sueño, conocer la persona correcta, vencer ese gran obstáculo. Dios ha incluido en nuestro calendario, la fecha y hora para que suceda ese gran milagro en nuestras vidas. Ahora más que nunca, es el momento de ser un creyente con fe; es el momento de permanecer en fe, es el momento de levantar la cabeza.
Salmo 3:3
“Más tú, Señor, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza”.
Si, en el peor de los casos, los hijos de Dios podemos levantar con gozo nuestra cabeza, sabiendo que todo cooperará para nuestro bien, reconoceremos que es Dios quien les levanta nuestra cabeza, dándonos motivo para alegrarnos y corazón para regocijarnos.
A veces, las circunstancias nos convencen de mantener nuestra cabeza agachada. Puede que sintamos que tenemos demasiados problemas, sin embargo, Dios es nuestra gloria, y quien levanta nuestra cabeza. El enemigo querrá agotarnos con pesadas cargas y tratará de convencernos de permanecer enfocados en las dificultades. Debemos permitir a nuestro Padre Celestial, que es nuestra gloria, que levante nuestras cabezas, sacuda nuestro desánimo y nos llene de Su favor.
Cuando no podamos levantar nuestras cabezas por nuestras propias fuerzas o cuando las circunstancias nos hayan abrumado tanto, es entonces el momento para que Dios intervenga como la Gloria y levante nuestras cabezas. Dios nos dice hoy; “Si pones tu confianza en mí y te sacudes el desánimo, yo te elevaré a lugares que no podrás alcanzar por ti mismo. Te sacaré de los problemas y te llevaré a la victoria. Te sacaré de enfermedad y te llevaré a la sanidad. Te sacaré de la escasez y te llevaré a la abundancia. Te sacaré de la soledad y te llenaré de alegría. Te sacaré de la injusticia y te llenaré de paz”.
Oremos: “Padre Celestial, queremos darte las gracias, porque eres nuestra gloria y nuestro favor, eres quien levanta nuestras cabezas, eres nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, eres nuestro ayudador”. Amén.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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