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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Llenos del Espíritu Santo

Hechos 2:2-4

“De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”.

Lo que sucedió en el Aposento Alto fue el cumplimiento de las palabras de Juan el Bautista acerca del bautismo del Espíritu Santo con fuego, “Yo los bautizo con agua, les respondió Juan a todos. Pero está por llegar uno más poderoso que yo, a quien ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego” Lucas 3:16 y también el cumplimiento de la palabras del profeta Joel acerca del derramamiento del Espíritu Santo, “Después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad. Sus hijos e hijas profetizarán, los ancianos tendrán sueños, y los jóvenes tendrán visiones. En esos días también derramaré mi espíritu sobre los siervos y las siervas” Joel 2:28-29.

¿Por qué lenguas de fuego? Las lenguas simbolizan el mensaje y la comunicación del evangelio. El fuego denota la presencia purificadora de Dios, que consume los elementos indeseables de nuestras vidas, encendiendo en nuestros corazones la llama que inflame la vida de otros.

En el monte Sinaí Dios confirmó la validez de las leyes del Antiguo Testamento con fuego del cielo. En el Pentecostés Dios confirmó la validez del ministerio del Espíritu Santo enviando fuego. En el Sinaí el fuego descendió en un solo lugar; en el Pentecostés el fuego vino sobre muchos creyentes, simbolizando que la presencia de Dios está al alcance de todos los que creen en El.

Dios manifestó su presencia de una forma espectacular: viento recio, fuego y el Espíritu Santo. ¿Le gustaría que Dios se le revelara mediante formas conocidas? Él podría, pero sea cauto procurando no forzar sus expectativas en Dios.

1 Reyes 19:11-12

"Entonces el Señor le dijo: Ve, y ponte de pie delante del monte y yo pasaré delante de ti. Entonces sopló un viento tan fuerte que rompió una parte del monte y desprendió grandes piedras delante del Señor, pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto. Después del terremoto pasó un fuego pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Después del fuego, se escuchó un sonido muy suave”.

Elías también necesitó un mensaje de Dios. Hubo un fuerte viento, luego un terremoto y por último fuego. Pero el mensaje de Dios vino en un silbo apacible, la versión original dice; un susurro silencioso. Dios podría usar métodos dramáticos para obrar en su vida o podría hablar a través de un silbo apacible. Espere con paciencia y escuche siempre, este atento y en paz y el Espíritu Santo se posara sobre usted como una Paloma.

Estas personas hablaron literalmente en otros idiomas, un espectáculo milagroso para los que se reunieron en el pueblo para la fiesta. Todas las nacionalidades representadas reconocieron que su idioma se estaba hablado. Pero más que un milagro que captó la atención de las personas, vieron la presencia y poder del Espíritu Santo. Los apóstoles continuaron el ministerio en el poder del Espíritu Santo por donde iban.

El Espíritu Santo reside en todo verdadero creyente, pero su poder operante se ejerce, de ordinario, por medio de aquellos que se dejan conducir por entero por el Espíritu; por eso, este bautismo con el Espíritu exige la llenura del Espíritu, que sólo se obtiene cuando el creyente rompe con toda carnalidad que, al contristar al Espíritu, impide la libre operación de Dios a través del creyente, ya que el pecado frena el poder; de ahí la debilidad de tantos ministros de Dios y de tantas iglesias.

Efesios 5:18

“No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu”.

La llenura de que Pablo nos habla en este versículo, es una operación constante (el verbo está en presente continuativo, voz pasiva y modo imperativo), pues el creyente depende, en todo y siempre, de la operación del Espíritu Santo en él.

Debemos diariamente renovarnos y llenarnos del Espíritu Santo, tenga presente que dependemos de Su presencia para realizar la obra de Dios.

Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.

Una brazo

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