Hebreos 1:9
“Has amado la justicia y odiado la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con aceite de alegría, exaltándote por encima de tus compañeros”.
Se supone que tú y yo debemos ser más felices que las personas que nos rodean. Dios nos ha ungido con el aceite de Su alegría. No podemos permitir que la mala actitud de las personas arruine nuestra buena actitud. Debemos afectar nuestro entorno con nuestra alegría. Dios sabía que tendríamos que tratar con personas negativas; por eso nos ungió con aceite de alegría para que podamos ser más felices que las personas que nos rodean.
David J. Pollay es el autor de “La ley del camión de la basura”. Muchas personas son camiones de basura. Van de un lado a otro, llenos de basura, llenos de frustración, llenos de desengaños, llenos de enojo, llenos de tristeza amarga. A medida que su basura se apila, necesitan un lugar donde descargarla, y si se los permitimos, la descargarán sobre nosotros. Por lo tanto, cuando alguien quiera descargar sobre nosotros su basura, no se lo permitamos, mantengamos nuestra tapa bien cerrada, tan solo sonriamos, deseémosle lo bueno y sigamos adelante. Créeme: seremos más felices.
Mantengamos nuestras tapas bien cerradas. No somos el tarro de basura de nadie. A veces necesitaremos tener una tapa de acero. En estos tiempos existen muchas personas arrojando basura, veneno, mediante la crítica, las malas noticias y el enojo, que necesitamos tener bien cerradas nuestras tapas. No podemos evitar que las personas arrojen su basura, pero al mantener nuestras tapas bien cerradas, los obligamos a reciclar su basura.
Dios se refiere en Su santa Palabra muchas veces al regocijo. Regocijarse no solo significa cantar; también significa iluminar, poner una sonrisa en nuestro rostro, estar alegres. Cuando vivimos cada día con una sonrisa, nos estamos regocijando. Al tener un semblante alegre y amigable, estaremos dando alabanza a Dios.
Siempre recibiremos lo que proyectamos. Si somos gruñones y poco amigables, entonces los demás serán gruñones y poco amigables con nosotros. A la desgracia le agrada tener compañía. Si nos vemos desgraciados, atraeremos derrota, negatividad y desgracia. Pero si sonreímos y proyectamos bondad, amabilidad, personas felices serán atraídas hacia nosotros.
Juan 16:33 dice, “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. He descubierto que a veces tenemos que sonreír por fe. En lugar de estar deprimidos, desalentados o preocupados. Es difícil sonreír y ser negativos. Los expertos dicen que sonreír engaña al cuerpo para que se sienta bien. Ese es el modo en que Dios nos creó. Sonreír reinicia tu humor.
Ora conmigo en este día; “Amado Padre Celestial, no seré movido por lo que veo, seré movido por lo que sé, y sé que este es el día que el Señor ha hecho. Escojo ser feliz y mostrar tu unción de alegría”.
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
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