Isaías 61:6-7
“Ustedes serán llamados sacerdotes del Señor, ministros de nuestro Dios. Se alimentarán de los tesoros de las naciones y se jactarán de sus riquezas. Disfrutarán de una doble honra en lugar de vergüenza y deshonra. Poseerán una doble porción de prosperidad en su tierra, y una alegría eterna será suya”.
No debemos quejarnos de nuestras dificultades, toda dificultad nos está preparando para el doble. El mal momento que probablemente estemos viviendo, es en realidad una preparación para que Dios se muestre de una manera nueva.
Las cosas están a punto de cambiar, Dios va a hacer que nos vean en una nueva luz. Va a hacer que reconozcan su bendición sobre nuestras vidas, al punto en el que nos traten con el respeto y honor que nos merecemos.
Éxodo 12:32-33
“Llévense sus rebaños y sus manadas, como dijeron, y márchense ya. Váyanse, pero bendíganme al salir”.
El faraón desprecio mucho a Moisés, sin embargo, después de la última plaga, en vez de burlarse de él, reconoció la Mano de Dios sobre Moisés, ¡Vio la unción y sintió el poder, al punto que le pidió a Moisés que lo bendijera!
Algo que va a pasar en nuestras vidas como parte de la restitución de Dios, es que la gente que no nos respetaba, que nos descartaba, que nos rechazaba, que nos desacreditaba, va a tener que cambiar de opinión como el faraón y pedirnos su bendición. Van a reconocer el favor de Dios en nuestras vidas.
Proverbios 21:1
“En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado”.
Dios sabe cómo cambiar a la gente. No tenemos que adular a la gente o tratar de convencerlos para simpatizarles, tampoco debemos dejarnos controlar o manipular por ellos, con el fin de tratar de obtener su favor. Solo caminemos en la unción de Dios. Corramos nuestra propia carrera, siempre honrando a Dios con excelencia e integridad.
Dios cambiará el corazón de los que están en nuestra contra. Quizás no sea inmediatamente, puede que tarde algún tiempo, sin embargo, Dios lo hará como lo hizo con Moisés y el faraón. Veremos llegar ese día en que las personas que más nos ignoraron, nos irrespetaron y menospreciaron, nos pedirán que los bendigamos.
Proverbios 16:7
“Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta a sus enemigos los pone en paz con él”.
No debemos molestarnos cuando la gente trate de menospreciarnos, o hacernos sentir menos, o actúen irresponsablemente en nuestra contra. Sigamos honrando a Dios, continuemos viviendo conforme al propósito por el cual fuimos diseñados, llegará el día en que vendrán a pedir nuestra bendición. Nunca lo olviden, ¡Nuestros enemigos terminaran estrechando nuestras manos! Dios sabe cómo hacer que la gente que está en nuestra contra, necesite lo que nosotros tenemos. En lugar de derribarnos, nos apoyaran.
Nosotros, los creyentes, hemos sido constituidos reyes y sacerdotes de nuestro Dios, a raíz de la obra de Cristo a nuestro favor. Por lo tanto, ¡Apropiémonos por la fe de esta promesa! ¿Has sido humillado y avergonzado? El Señor desea darte una doble porción de bendición por cada una de esas humillaciones vividas. Maravillosa promesa ¿verdad?
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
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