Colosenses 3:1-2
“Dios les dio nueva vida, pues los resucitó juntamente con Cristo. Por eso, dediquen toda su vida a hacer lo que a Dios le agrada. Piensen en las cosas del cielo, donde Cristo gobierna a la derecha de Dios. No piensen en las cosas de este mundo”.
Lo que quiere resaltar Pablo en este versículo, es lo siguiente. En el Bautismo, el cristiano muere y resucita. Al cerrarse las aguas sobre su cabeza es como si se le enterrara; cuando sale del agua es como si resucitara a una nueva vida. Ahora bien: si es así, el cristiano debe surgir del Bautismo como una persona diferente, victoriosa. ¿Dónde está la diferencia? En el hecho de que a partir de ese momento los pensamientos del cristiano se centran en las cosas de arriba. Deja de estar obsesionado con las cosas triviales y pasajeras de la Tierra; mira las realidades del Cielo.
“Poner la mirada en las cosas de arriba” significa mirar la vida desde la perspectiva de Dios y hacer lo que a Él le agrada. Este es el antídoto para el materialismo. Obtenemos la perspectiva apropiada de los bienes materiales cuando los vemos de la misma manera en que Dios los ve. Cuanto más consideremos al mundo a nuestro alrededor de la manera en que Dios lo hace, tanto más viviremos en armonía con El. No debemos apegarnos demasiado a aquello que es solo temporal.
Nos preparamos para la victoria o la derrota al comienzo de cada día. Cuando nos levantamos cada mañana, tenemos que fijar nuestros pensamientos en la dirección correcta. Puede que nos sintamos desalentados. Puede que no tengamos ganas de nada. Sin embargo, no podemos cometer ese error y quedarnos con esos pensamientos negativos, nos estaremos preparando para tener un mal día y una derrota descomunal.
Estamos utilizando nuestra fe en la dirección correcta. Debemos dar un giro a nuestros pensamientos y prepararnos para la victoria. Este será un día maravilloso. Algo bueno me sucederá. Tenemos el favor de Dios y debemos esperar victorias sobrenaturales.
Cuando adoptamos otra actitud, otro enfoque, nos estamos preparando para la victoria. Los ángeles celestiales están esperando mi cambio de actitud, para ponerse de nuestro lado y ayudarnos a alcanzar la victoria. Cuando comenzamos nuestros días en fe, anticipamos algo bueno. Dios les dice a Sus ángeles que se pongan a trabajar a nuestro favor y aten en el mundo espiritual el hombre fuerte que se está oponiendo a nuestra victoria. Los ángeles acomodaran las personas correctas y quitaran de tu vida las incorrectas, abrirán puertas que tú no puedes abrir y cerrarán puertas que tú no puedes cerrar.
Debemos ser proactivos. Debemos escoger vivir cada día feliz. No permitamos que nada ni nadie nos robe el gozo. Si quieres ser feliz, tienes que ser feliz a propósito. No podemos esperar para ver qué día tendremos. Tenemos que decidir qué tipo de día tendremos. El salmo 30:5 dice, “Pues su ira dura solo un instante, ¡pero su favor perdura toda una vida! El llanto podrá durar toda la noche, pero con la mañana llega la alegría”. Dios cada mañana nos realiza un envió de gozo y alegría, abre la puerta y recibe el reglo que Dios te envía hoy.
Dios quiere que vivamos felices y victoriosos. El problema es que muchas personas no abren la puerta. Dios te dice hoy; “Ábreme la puerta, déjame entrar, puedes ser feliz, puedes alegrarte, puedes disfrutar de la vida, puedes ser una persona victoriosa.
Oremos juntos este día; “Amado Padre Celestial, gracias por este hermoso día. Seré feliz. Seré una persona victoriosa. Disfrutaré de este día. Escojo vivir en victoria y recibo tu regalo de gozo y alegría hoy. ¡Hoy decido no desalentarme ni entristecerme, porque el gozo del Señor es mi fuerza, es mi victoria!” amén.
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
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