Apocalipsis 3:7-8
“Escribe esto al ángel de la iglesia de Filadelfia: “Esto es lo que dice el que es santo y verdadero, el que tiene la llave del reino de David. Cuando él abre, nadie puede volver a cerrar; y cuando cierra, nadie puede volver a abrir".
“Yo sé todo lo que haces. Escucha bien: he puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar. Sé que aunque no tienes mucho poder, has seguido mis enseñanzas y no has renunciado a tu fe en mí”.
Nos gustan mucho las puertas abiertas porque sabemos que son señales del favor de Dios. Pero cuando Dios cierra una puerta, requerimos madurez para decir: “No lo comprendo, pero no me voy a amargar, no voy a batallar contra ello. Dios confió en ti”.
Debemos aprender que los caminos de Dios son mejores que nuestros caminos. La manera más correcta de orar en estos casos de puertas cerradas es: “Dios, tu sabes lo que yo quiero, esto es por lo que estoy creyendo, sin embargo Dios, tú sabes lo que es mejor para mí. Confió en ti”.
Hay puertas que se te han abierto en la vida pero no te has dado cuenta, no lo has notado o sabiéndolo lo menospreciaste y cuando llegaste a tocar la puerta no te la volvieron a abrir. La oportunidad de un trabajo, de un noviazgo, un ministerio, en fin, se abren puertas de todo tipo y en todas partes, en todo tiempo para que puedas entrar y puertas que estarán cerradas durante un tiempo hasta que Dios te deje entrar, pero también tenemos que discernir por cuál de las puertas que se nos abren debemos entrar. El problema no es si nos abren una puerta, el problema es cuando se nos abren varias y no sabemos cuál de todas escoger.
A nosotros se nos pueden abrir muchas puertas pero debo tener sabiduría, discernimiento, madurez y carácter para saber por cuál entrar y por cuál no entrar, por ejemplo, eres una mujer guapa, agraciada, con título universitario, en otras palabras eres deseable para muchos hombres ¿cuál de ellos te conviene más? O puede ser al revés, eres un hombre interesante para muchas mujeres, pero ¿cuál de ellas es? Muchas puertas están abiertas pero cuál es la que te corresponde, el problema empieza cuando muchas puertas se abren, mientras estén cerradas no.
El mismo que abre también cierra, Dios. Muchos están esperando que las puertas se abran, pero no todos han entendido que algunas de esas puertas, Dios mismo las cerró. Dios te puede abrir o cerrar una puerta, puede cerrar puertas por tu bien o te puede cerrar puertas por tu irresponsabilidad, por no cumplir con lo que debes, el problema es que cuando él cierra… nadie puede abrir.
Colosenses 4:2-4
“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar”.
Si usted quiere que se le abran las puertas usted debe orar por esas puertas, el Apóstol Pablo era específico y le decía a la gente “perseveren en la oración acompañada de acción de gracias”. Uno debe de dar gracias por la puerta que está esperando que se abra antes de que se abra, no sólo cuando se abre, sino antes de que se abra, levante sus manos y dígale al Señor: “Te doy gracias por la puerta que me vas a abrir”.
Tienes que aprender a orar, quieres que Dios te abra puertas pero ni siquiera oras unos minutos al día para que eso se dé, hay personas que esperan lo que sea y ninguno logra tener éxito pensando que lo que sea es bueno, no hay que ser conformistas, se debe ser proactivo, luchar por lo que se desea, por lo que se anhela. Las puertas significan mucho, es el medio de acceso a un lugar, a las personas, a cargos, a edificios, no sólo es la entrada, también es la salida. Quieres un trabajo pero no sabes cuál, quieres prosperar pero no sabes en qué, el Apóstol Pablo decía “oren ustedes para que Dios nos abra puerta para predicar la palabra y perseveren”.
Otra cosa que necesitamos para ver puertas abiertas de parte de Dios es perseverancia. Dios no abre puertas en el momento en el que estamos orando, quiere ver tu fe, tu perseverancia, te quiere formar, te prepara y luego abre la puerta y te dice “Pasa adelante”. Cuando uno está necesitado quiere que la puerta se abra de manera instantánea, ten paciencia, persevera, ora, cree, da gracias y la puerta se abrirá.
Hay puertas que están por abrirse delante de nosotros, vamos a orar, a perseverar, a tener paciencia, nos vamos a preparar para entrar por ellas. Este es el año de las puertas abiertas.
Salmo 100:4
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones”.
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
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