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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Píldoras para una buena evangelización

Hechos 3:16-20

“Por la fe en el nombre de Jesús, este hombre fue sanado, y ustedes saben que él antes era un inválido. La fe en el nombre de Jesús lo ha sanado delante de sus propios ojos.

Amigos, yo entiendo que lo que ustedes y sus líderes le hicieron a Jesús fue hecho en ignorancia. Pero Dios estaba cumpliendo lo que los profetas predijeron acerca del Mesías, que él tenía que sufrir estas cosas. Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. Entonces, de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él les enviará nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes”.

En este breve pasaje resuenan casi todas las notas de la predicación cristiana en la iglesia primitiva, una predicación digna de imitar, veamos:

· Esta predicación empieza con una nota de misericordia y de advertencia combinadas. Fue la ignorancia la causa de que los judíos perpetraran el horrible crimen de la Crucifixión; pero la ignorancia ya no se puede justificar, y no puede ser excusa para seguir rechazando a Jesucristo. Esta nota de la aterradora responsabilidad del conocimiento resuena en todo el Nuevo Testamento.

Juan 9:41

“Si fueran ciegos, no serían culpables, contestó Jesús, pero siguen siendo culpables porque afirman que pueden ver”.

A los fariseos les chocó que Jesús pensase que eran ciegos espirituales. Jesús les contestó que solo la ceguera (obstinación y estupidez) disculpaba su conducta. A los que fueron receptivos y reconocieron que el pecado en verdad los tenía ciegos en cuanto a conocer la verdad, Él les dio entendimiento y revelación espiritual. Pero rechazó a quienes se volvieron condescendientes, arrogantes y ciegos.

Juan 15:22

“Ellos no serían culpables si yo no hubiera venido a hablarles. Pero ahora no tienen ninguna excusa por su pecado”.

Efectivamente, si no hubiesen oído el mensaje del Evangelio, no serían juzgados por ese mensaje; pero ahora no tienen excusa de su pecado.

Por aquí vemos:

1. El beneficio de que disfrutan los que reciben el mensaje de Cristo: Cristo viene a ellos y les habla; les habló directa y personalmente a los hombres de su generación, y todavía nos habla a nosotros por medio de los escritos inspirados de los que convivieron con Él. Cada una de Sus palabras comporta una compasión, un amor y una ternura capaces de transformar a cualquiera que las escucha.

2. La excusa que tienen los que no han oído el mensaje del Evangelio: Si yo no les hubiera hablado no tendrían pecado; este pecado específico de incredulidad al que nos hemos referido antes; no les habría sido imputado de no haber despreciado a Cristo; pues así como “el pecado no se imputa donde no hay ley, así tampoco se imputa la incredulidad donde no hay predicación del Evangelio”.

3. La culpabilidad gravísima que contraen aquellos a quienes Cristo ha hablado en vano: “no tienen excusa de su pecado”. Son del todo inexcusables.

Santiago 4:17

“El que sabe lo que debe hacer, y falla, ese es el que peca”.

Pecar no es solamente cometer malas acciones; sino también dejar de hacer lo que Dios quiere que hagas.

Haber visto la plena luz de la Revelación de Dios es el mayor de los privilegios; pero es también la más terrible de las responsabilidades.

· La obligación que este conocimiento conlleva es la de arrepentirse y convertirse. Las dos cosas van juntas. Arrepentirse podría querer decir simplemente cambiar de idea, y es más fácil cambiar de idea que cambiar de vida. Pero este cambio de idea debe conducir a dejar el camino viejo y emprender uno nuevo, que es lo que quiere decir la conversión.

· Este arrepentimiento tendrá ciertas consecuencias. Afectará al pasado; los pecados serán borrados. Esta es una palabra muy expresiva. Antiguamente se escribía en papiro, y la tinta no contenía ácidos; así es que no afectaba al papiro como la tinta moderna, sino se secaba encima simplemente. Para borrar la escritura no había más que limpiarlo con una esponja húmeda: así es como borra Dios el pecado de una persona. Afectará también al futuro; traerá tiempos de consuelo. Vendrá algo a la vida que aportará fuerza en la debilidad y descanso en la fatiga.

· Pedro pasa a hablar de la Segunda Venida de Cristo. Eso quiere decir, entre otras cosas, que la Historia tiene una meta.

· Pedro insiste en que todo lo que ha sucedido había sido anunciado de antemano. Los judíos se negaban a aceptar la idea de que el Escogido de Dios tuviera que sufrir; pero Pedro insiste en que, si escudriñaran sus Escrituras, la encontrarían allí.

· Pedro les recuerda su privilegio nacional. En un sentido muy especial, los judíos eran el pueblo escogido de Dios. De ahí que fuera a ellos a los primeros que se anunció el Evangelio.

· Finalmente, expone la ineludible verdad de que ese especial privilegio conlleva una responsabilidad especial también. Es el privilegio, no de un honor especial, sino de un servicio especial, predicar el evangelio.

Continuara……….

Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.

Un abrazo.

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