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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Reconstruyendo el templo “Una palabra de exhortación”


Texto guía: Hageo 1:4


(Reina Valera - RV) “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?”.

(Martín Nieto - MN) “¿Ha llegado para vosotros el tiempo de habitar en casas confortables, mientras esta casa está devastada?”.

(Nueva Traducción Viviente- NTV) “¿Por qué viven ustedes en casas lujosas mientras mi casa permanece en ruinas?”.

(Dios Habla Hoy- DHH) “¿Y acaso para ustedes sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas?”.




Introducción


El templo es un lugar sagrado donde podemos acercarnos más a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo. En el templo se adora y se tiene comunión con Dios a través de Su Espíritu Santo. Si nuestra comunión y adoración está en ruinas, nada va a funcionar bien en nuestras vidas.


1 Corintios 3:16

“¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?”.


Cuando solo hay ruinas en la relación íntima con Dios, sobrevienen catástrofes, sequias, plagas, azotes y crisis en Su pueblo y las naciones. Un claro ejemplo de esta palabra, es lo que está sucediendo en este tiempo con esta pandemia.


Esta palabra fue para el gobernador Zorobabel (la autoridad civil), para el sacerdote Josué (la Iglesia), y para el pueblo en general. De la misma forma, esta palabra es para estas tres instituciones en este tiempo actual.


Hageo 2:10-19

“El 18 de diciembre del segundo año del reinado del rey Darío, el Señor envió el siguiente mensaje al profeta Hageo: El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: pregunta a los sacerdotes acerca de la ley: Si alguno de ustedes trae entre sus vestiduras sacerdotales carne de un sacrificio consagrado y sucede que las vestiduras rozan con algún pan o guiso, vino o aceite de oliva o alguna otra clase de alimento, ¿quedará el alimento también consagrado? Entonces los sacerdotes contestaron: No.

Luego Hageo preguntó: Si alguien se vuelve ceremonialmente impuro por tocar a un muerto y después toca cualquiera de esos alimentos, ¿se contaminará la comida? Sí, contestaron los sacerdotes.


Entonces Hageo respondió: Así mismo sucede con este pueblo y con esta nación, dice el Señor. Todo lo que hacen y todo lo que ofrecen, está contaminado (inmundo) por su pecado. Miren lo que les pasaba antes de que comenzaran a edificar los cimientos del templo del Señor. Cuando esperaban veinte medidas de grano, cosechaban solo diez. Cuando esperaban sacar cincuenta litros del lagar, encontraban solo veinte. Yo envié plaga, moho y granizo para destruir todo aquello por lo que hicieron tanto esfuerzo para producir. Aun así, rehusaban regresar a mí, dice el Señor”.


Este es el punto clave de esta palabra. El ejemplo dado en este mensaje, aclara que la santidad NO se transmite a otros pero la contaminación (la inmundicia), el pecado, SÍ. Dios quiere bendecir a Su pueblo, sin embargo, primero debemos entender que las actividades en el templo, en la obra, no limpiaran nuestros pecado. El perdón de pecados se obtiene con arrepentimiento genuino y obediencia. Si una persona insiste en consentir malas actitudes y pecados en su vida, o mantiene relaciones cercanas con gente pecadora, se contaminará y contaminará a otros. La vida santa solo vendrá únicamente, cuando seamos facultados por el Espíritu Santo con un arrepentimiento genuino.


Cuando a un niño se le sirve espagueti con pasta de tomate, no pasa mucho tiempo para que la cara, las manos y la ropa estén rojas. El pecado y las malas actitudes egoístas, producen el mismo resultado; manchan todo lo que tocan. Incluso las buenas obras que hacemos para Dios, pueden mancharse por actitudes pecaminosas.

El único remedio es la purificación que viene a través del Espíritu Santo de Dios. Él es el único que convence de pecado, de justicia y de juicio. Es triste observar cómo muchos ministros, líderes y gran parte de la comunidad cristiana, están realizando la obra en pecado, creen que las actividades (ritualismo – religión)) reemplazan su comunión íntima con Dios. Hay mucho activismo y poca comunión y adoración. Hay mucho activismo y poca obediencia. Hay mucho egoísmo y poca compasión.


El profeta Hageo advierte aquí al pueblo de Dios, que no pusieran sus posesiones y trabajos antes que a Dios. Debemos colocar a Dios en el primer lugar de nuestras vidas. Muchas personas anteponen sus deseos a la voluntad de Dios. ¡Qué fácil es dar excusas para no hacer la voluntad de Dios! el problema de la gente hoy en día, es que tienen confundidas sus prioridades. ¿Qué es lo más importante para usted en estos momentos?


Esta palabra nos advierte que en realidad perdemos cuando nos anteponemos a la voluntad de Dios. Nuestras ganancias se desvanecen, se cierran las puertas, las posesiones no duran cuando dejamos a Dios afuera. Dios retuvo la lluvia, trajo la sequía, las cosechas se perdieron, fracasaron. Es claro en este versículo, ver como Dios se atribuye la responsabilidad de la plaga que envió sobre el pueblo. La plaga también significa azote, ver Lucas 12:47;


(RV) “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”.


(NTV) “Un siervo que sabe lo que su amo quiere, pero no se prepara ni cumple las instrucciones, será severamente castigado (azotado). Pero alguien que no lo sabe y hace algo malo, será castigado levemente. Alguien a quien se le ha dado mucho, mucho se le pedirá a cambio; y alguien a quien se le ha confiado mucho, aún más se le exigirá”.


Cuando el castigo, la plaga, el azote, proviene de Dios, no hay guerra espiritual que funcione. Dejemos de echarle la culpa al diablo, solo un arrepentimiento genuino cambiará el panorama que estamos viviendo. Solo la obediencia traerá de nuevo la bendición.


Lo más probable, y también, lo más congruente con la mentalidad profética de Hageo, es interpretar el vocablo “inmundo” por toda actitud perezosa y egoísta, sin objetivo moral ni espiritual. De este modo, las alusiones al culto son vivas ilustraciones y lecciones prácticas, útiles para el objetivo general del profeta Hageo. La santidad no se transmite, es personal. El pecado sí se transmite y contamina todo nuestro entorno, nunca lo olvides.


La santificación o limpieza no se puede transferir, pero la contaminación sí, del mismo modo que la salud no es contagiosa, pero lo puede ser la enfermedad. La desobediencia del pueblo era como un cadáver en medio de ellos, contaminándolos a todos ellos. No podemos perder de vista que, en la presencia de Dios, no hacer el bien que se debe hacer es tan malo como hacer el mal que no se debe hacer.


¡La solución está en el versículo de Hageo 1:14!, “Y el Señor les dio ánimo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y a todo el pueblo para que emprendieran la obra. Empezaron a trabajar en la construcción (reconstrucción) del templo del Señor Dios Todopoderoso”.


Jesús nos dijo cómo vivir hasta que Él venga. Debemos esperarlo y trabajar con diligencia, obedeciendo sus mandamientos. Estas actitudes son muy necesarias en los líderes atentos y fieles. Estos recibirán oportunidades y muchas responsabilidades que irán en aumento. A mayores recursos, talentos y conocimientos, mayor responsabilidad para usarlos con eficiencia. Dios no nos responsabilizará por dones que no nos ha sido dados, pero todos tenemos suficientes dones y capacidades como para mantenernos ocupados hasta que El vuelva.


Promesa Bíblica

Hageo 2:18-19

Promesas de bendición por la obediencia

“Consideren este día, el 18 de diciembre, cuando los cimientos del templo del Señor fueron establecidos. Considérenlo bien. Ahora les doy una promesa cuando la semilla aún está en el granero. Todavía no han cosechado su grano, ni las vides ni las higueras ni los granados ni los olivos han dado sus frutos. Sin embargo, de hoy en adelante, yo los bendeciré”.


El pueblo construyó los cimientos del templo e inmediatamente Dios los bendijo. No esperó hasta que el proyecto fuera terminado. A menudo, Dios envía su bendición cuando damos nuestros primero pasos. ¡Él está listo para bendecirnos!


Jesucristo quiere cambiar al mundo por medio de nosotros. Dios nos ha dado una tarea para realizarla en la Iglesia, en nuestro trabajo, en nuestro hogar, en nuestra ciudad. Ha llegado el tiempo en que debemos esforzarnos y trabajar, si queremos ver esta situación mundial cambiada.


Hay que cambiar de actitud, el pueblo cambio de actitud, el sacerdote cambio de actitud, el gobernador, cambio de actitud, pusieron las palabras del profeta en acción. Cuando leamos o escuchemos una palabra de Dios, preguntémonos que es lo que debemos de hacer al respecto, y luego hagamos planes para ponerlos en práctica.


Dice esta historia que el pueblo de Dios se levantó y puso a Dios primero en sus vidas. Restauro su comunión y su adoración, reconstruyó el templo, y Dios se hizo propicio a sus necesidades. Gloria a Dios.


Enero 14 de 2021.


Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.


Un abrazo.


Pastor Kike Escobar (WMF)

Unidad Internacional de Oración (UIO)



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