Job 5:17-23
“¡Pero considera la alegría de aquellos a quienes Dios corrige! Cuando peques, no menosprecies la disciplina del Todopoderoso. Pues aunque él hiere, también venda las heridas; él golpea, pero sus manos también sanan.
Te rescatará de seis desastres; aun en el séptimo, te guardará del mal. Te salvará de la muerte en tiempo de hambre y del poder de la espada en tiempo de guerra.
Estarás seguro ante la calumnia y no tendrás miedo cuando llegue la destrucción. Te reirás de la destrucción y del hambre, y no tendrás terror de los animales salvajes. Estarás en paz con las piedras del campo y los animales salvajes estarán en paz contigo”.
Es una bendición ser disciplinado por Dios cuando hacemos algo malo. Su consejo, sin embargo, no se aplicaba a Job. Como sabemos desde el principio del libro, el sufrimiento de Job no era el resultado de algún gran pecado. En ocasiones damos a la gente consejos excelentes solo para darnos cuenta de que no se aplican a ellos y que, por lo tanto, no son útiles. Todos aquellos que dan consejos a partir de la Palabra de Dios deben tener cuidado de comprender totalmente la situación de una persona antes de dar su consejo.
Estas palabras nos muestran un punto de vista de la disciplina que casi ha sido olvidado en la actualidad: el dolor puede ayudarnos a crecer. Estas son palabras adecuadas para recordar cuando nos enfrentemos a alguna pérdida o a tiempos difíciles. Debido a que Job no comprendía el porqué de su sufrimiento, su fe en Dios tuvo la oportunidad de crecer. Dios no elimina todas las dificultades cuando lo seguimos muy de cerca, y el buen comportamiento no siempre es recompensado con la prosperidad. Recompensas por hacer el bien y castigos por hacer lo malo están en las manos de Dios y son dados de acuerdo con su tiempo. El complot de Satanás es hacernos dudar de la buena voluntad de Dios hacia nosotros, mucho cuidado con esto.
Debemos aprender a reírnos de los tiempos difíciles. Actualmente oímos constantes informes negativos. Noticias negativas, problemas económicos, pandemias, enfermos, muertes, violaciones, guerras, en fin, si no tenemos cuidado con este bombardeo de pesimismo, podemos caer en la trampa de pensar negativamente y no disfrutar de la vida. En los momentos difíciles debemos activar el gozo en nuestras vidas.
En los momentos difíciles corremos el riesgo de perder la alegría y deprimirnos. Mantengamos nuestro buen humor y optimismo en los peores momentos. Si nos deprimimos, nuestra mente se cierra, perdemos la creatividad y terminamos aislad@s de los amigos y de la familia. En los días oscuros necesitamos la alegría de la luz del sol que hay por encima de las nubes.
Los expertos dicen que sin risa, nuestros procesos de pensamientos pueden quedarse atascados, nuestro enfoque disminuye y nuestra capacidad de resolver problemas queda limitada. Las personas tienden a mejorar mucho, si toman un respiro y disfrutan de una buena carcajada.
La risa y el buen humor ofrecen un denominador común y un lenguaje compartido. Establecen vínculos que mantienen unidas las redes sociales. Una sonrisa amigable atrae personas a ti. La calidez personal derriba cualquier barrera social y disminuye las murallas naturales. ¿Cuántas veces has compartido una sonrisa con una persona extraña? ¿Cuántas veces esa sonrisa ha comenzado una conversación o ha conducido a una amistad? ¿A un romance? ¿A una relación de trabajo?
Sal 126:2
“Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas. Hasta los otros pueblos decían: El Señor ha hecho grandes cosas por ellos”.
Cuando estamos llenos de risas, otros lo observan. Damos honra a Dios cuando vivimos una vida feliz llena de gozo y llena de fe. Hay demasiada tristeza en este mundo. Muchas personas han perdido la alegría de vivir. Hagamos que nuestra tarea sea llevar gozo donde quiera que vayamos y contagiemos nuestro optimismo a todos aquellos que nos rodean. Amén.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
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