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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Rumbo a un final feliz

Filipenses 1:6


“Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva”.


El Dios que comenzó la buena obra en nosotros la continuará a través de nuestra vida y la terminará cuando le veamos cara a cara. La obra de Dios por nosotros comenzó cuando Cristo murió en la cruz en nuestro lugar. Su obra en nosotros comenzó cuando creímos en El. Ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, capacitándonos para que cada día seamos más semejantes a Cristo. Pablo describe el proceso de crecimiento y madurez del cristiano que comienza al aceptar a Cristo y seguirá hasta que Cristo vuelva.


Pablo dice que tiene confianza en que Dios, que ha empezado una buena obra en los Filipenses, la llevará a feliz término para que estén preparados para el día de Jesucristo. Hay aquí todo un cuadro en griego que no es posible reproducir en una traducción. El detalle está en que las palabras que usa Pablo para comenzar (enárjesthai) y para completar (epitélein) son términos técnicos que se usaban para el comienzo y el final de un sacrificio.


Pablo contempla la vida del cristiano como un sacrificio dispuesto para ser ofrecido a Jesucristo. Traza la misma figura cuando exhorta a los Romanos a que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios (Romanos 12:1).


Cuando Cristo vuelva, será como la llegada de un Rey. Vino como cordero y volverá como Rey. En tales ocasiones los súbditos estaban obligados a presentarse con dones para mostrarle su lealtad y su amor. El único don que Jesucristo desea que Le presentemos es el de nosotros mismos; así que, la suprema tarea de una persona es hacer que su vida sea idónea para ofrecérsela a Jesucristo. Solo la gracia de Dios nos puede capacitar para lograrlo.


¿Ha sentido alguna vez que no hay progreso en su vida espiritual? ¡Cuando Dios inicia un proyecto, lo termina! Como en el caso de los filipenses, Dios obrará en usted y le ayudará a crecer en gracia hasta que complete el trabajo en su vida. Cuando esté desanimado, recuerde que Dios no lo abandonará. El promete terminar la obra que ha comenzado en usted. Cuando se sienta incompleto o afligido por sus faltas, recuerde las promesas y provisiones de Dios. No permita que su condición actual le robe el gozo de conocer a Cristo o le impida crecer más cerca de Él.


Quizá alguien nos haya puesto en desventaja, pero no pudieron cambiar el final esperado. Lo que hayamos hecho o no, no puede detener nuestro propósito de vida. Deshagámonos de la excusas. Dejemos de enfocarnos en los malos momentos o en las decepciones. Dios está en control de nuestras vidas. Está dirigiendo nuestros pasos. El ya filmo la escena final. Ya preparó el desfile final de victoria. Dios tiene un final victorioso para usted y para mí.


Ore conmigo en este día; “Amado Padre Celestial, quiero agradecerte que tus planes para mí son de prosperidad y de bien. No estoy limitad@ por donde me encuentro en estos momentos. Tu mi Dios, ya grabaste mi escena final. Probablemente no entienda todo lo que me está sucediendo, y es posible que no haya sido justo, sin embargo, determino hoy, no vivir preocupado, molesto o desanimado. Sé que en cualquier momento las cosas van a cambiar a mi favor, sé que tu mi amado Dios, me estas llevando rumbo a un final feliz y no te detendrás hasta lograrlo”.


Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.


Un abrazo.


Pastor Kike Escobar (WMF)

Unidad Internacional de Oración (UIO)



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