Saliendo del foso (por léelo hasta el final)

Salmo 40:2-3

“Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó.

Me dio un canto nuevo para entonar, un himno de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados; pondrán su confianza en el Señor”.

Algunas veces las malas decisiones de otros tienen un efecto negativo en nosotros. Probablemente fuimos criados en ambientes poco saludables, y ahora estamos tratando con los mismos problemas que nos rodeaban cuando éramos niños. Existen iniquidades (líneas de pecados reiterativos) que pasan de generación en generación.

Muchas personas han sido víctimas de abuso o maltrato, y ahora enfrentan la vergüenza y la culpa, sienten que no se encuentran a la altura de otros, se sienten en el piso como si los hubieran dejado caer, no fue su culpa, pero otro los dejó caer. Considero personalmente, que no vivimos suficiente tiempo sin que nos dejen caer, ya sea por una enfermedad, por una separación, por un amig@ que nos dió la espalda, una injusticia, un engaño, en fin, tantas cosas.

Muchas personas se quedan atoradas mucho tiempo en una situación adversa; esto nunca va a cambiar, es lo que me tocó en la vida, son sus palabras de desánimo, sumergiéndolos cada vez más y más en el foso de la desesperación. Probablemente, fuimos dejados caer, sin embargo, hoy le tengo una muy buena noticia. El Dios al que servimos sabe cómo levantarnos y hacernos volver a comenzar de nuevo.

David, fue dejado caer por los enemigos que venían en su contra, por el rechazo del rey Saúl, por las decepciones y por sus propios fracasos, pero Dios le dijo algo semejante a: “No te preocupes, esta caída no es el fin”, “esta crisis no es fin”, “esta situación no es fin”. Este mal momento de nuestras vidas no es el fin de nuestras historias.

Dios está a punto de sacarnos del poso de la desesperación. Debemos prepararnos, Dios va a levantarnos y nos va a llevar a un lugar más alto. Va a llevarnos a donde no podemos ir solos, va a subirnos a un nuevo nivel. Vamos a experimentar nuevas oportunidades, nuevas amistades, nueva salud, nuevo gozo, una nueva realización. De esta situación no vamos a salir igual, vamos a salir mejores, de la Mano de Dios.

Zacarías 9:11-12

“Debido al pacto que hice contigo, sellado con sangre, yo liberaré a tus prisioneros de morir en un calabozo sin agua. ¡Regresen al refugio (al lugar secreto de oración y comunión), ustedes, prisioneros, que todavía tienen esperanza! Hoy mismo prometo que les daré dos bendiciones por cada dificultad”.

Dios va a pagarnos el doble por las cosas injustas que nos han sucedido. Cuando pasamos por un mal momento o hemos sido dejados caer, no podemos desanimarnos y amárganos la vida. Debemos prepararnos para recibir el doble. Preparémonos para extendernos. Preparémonos para recibir el doble favor de Dios. Preparémonos para subir a nuevos niveles.

Dios nos se ha olvidado de nosotros. Él ha visto cada noche solitaria que hemos pasado, cada mal que se ha hecho en nuestra contra y cada persona que nos ha hecho daño. Él es un Dios de justicia. Cuando Dios ve la injusticia en nuestra contra, baja de Su trono a socorrernos como Su posesión más preciada. Dios nos dará una doble retribución, nos indemnizará por las dificultades que estamos viviendo y nos llevará a donde se supone que debemos estar. Aleluya.

Isaías 49:16 dice: “Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos”. Cada vez que Dios abre Sus Manos, El ve nuestros nombres. Quizás hayamos tenido malos momentos, algunas puertas cerradas, algunas personas no nos trataron bien, sin embargo, Dios no se ha olvidado de nosotros, de nuestros sueños, de las promesas que nos ha dado, mantengámonos en fe, es tiempo de confiar.

A menudo las bendiciones no pueden recibirse a menos que pasemos por la prueba de la espera. Dios va a sacarnos del foso, Él nos está viendo. Vienen cosas nuevas, vamos a ser llevados a un lugar más alto de bendición. Vamos a salir mejores de que éramos antes. Muchos se asombraran y verán el milagro en nuestras vidas y creerán en el Dios que tenemos.

Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.

Un abrazo.

Pastor Kike Escobar (WMF)

Unidad Internacional de Oración (UIO)