Mateo 13:24-29
“La siguiente es otra historia que contó Jesús: “El Reino del Cielo es como un agricultor que sembró buena semilla en su campo. Pero aquella noche, mientras los trabajadores dormían, vino su enemigo, sembró hierbas malas entre el trigo y se escabulló. Cuando el cultivo comenzó a crecer y a producir granos, la maleza también creció.
Los empleados del agricultor fueron a hablar con él y le dijeron: “Señor, el campo donde usted sembró la buena semilla está lleno de maleza. ¿De dónde salió?”. “¡Eso es obra de un enemigo!”, exclamó el agricultor.
“¿Arrancamos la maleza?”, le preguntaron. “No, contestó el amo, si lo hacen, también arrancarán el trigo. Dejen que ambas crezcan juntas hasta la cosecha. Entonces les diré a los cosechadores que separen la maleza, la aten en manojos y la quemen, y que pongan el trigo en el granero”.
Los detalles de esta parábola le resultarían claros y familiares a la audiencia de Palestina. La cizaña es una de las plagas que el campesino tiene que estar combatiendo constantemente en este clima. “Se cría espontáneamente en los sembrados y la harina de su semilla es venenosa”. Al principio se parece tanto al trigo que es imposible distinguirlos. Cuando echan espiga se los distingue perfectamente, pero para entonces ya se han enredado las raíces de forma que no se puede arrancar la una sin dañar el otro. El trigo y la cizaña no se pueden separar fácilmente cuando están creciendo; pero al final hay que separarlos, porque el grano de la cizaña es ligeramente venenoso. Causa mareos y náuseas, y tiene efectos narcóticos, y hasta en pequeñas cantidades tiene un sabor amargo y desagradable.
La cizaña se parece tanto al trigo que los judíos la llaman trigo bastardo. Se llama en hebreo zúnim, que viene, como cizaña en español, del griego zizánion, plural zizánia. Se dice que zúnim viene de la raíz zaná, que quiere decir fornicar; y cuenta la leyenda que la cizaña se originó en el tiempo de maldad que precedió al Diluvio, porque entonces toda la creación, seres humanos, animales y plantas, se descarriaron, se mezclaron y cometieron fornicación y produjeron descendientes contra la naturaleza. En sus primeras etapas, el trigo y la cizaña se parecen tanto que la idea popular era que la cizaña era trigo que se había corrompido.
Mateo 13:36-43
“Luego, Jesús dejó a las multitudes afuera y entró en la casa. Sus discípulos le dijeron: Por favor, explícanos la historia de la maleza en el campo. Jesús respondió: El Hijo del Hombre es el agricultor que siembra la buena semilla. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a la gente del Reino. La maleza representa a las personas que pertenecen al maligno. El enemigo que sembró la maleza entre el trigo es el diablo. La cosecha es el fin del mundo, y los cosechadores son los ángeles.
Tal como se separa la maleza y se quema en el fuego, así será en el fin del mundo. El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y ellos quitarán del Reino todo lo que produzca pecado y a todos aquellos que hagan lo malo. Y los ángeles los arrojarán al horno ardiente, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!”.
No debemos sorprendernos si las cosas se ponen contra nosotros cuando hacemos lo bueno, puede que no parezca justo, sin embargo, el enemigo muchas veces está sembrando cizaña entre nuestro trigo. Al final del mundo, los ángeles separarán a los malos de los que no lo son. En las iglesias hay creyentes verdaderos y falsos, pero debemos de ser cautos en nuestro juicio porque solo Cristo está calificado para hacer la separación final. Si usted empieza a juzgar, puede dañar algunas de las “plantas” buenas.
Cuando estamos cerca de la victoria, cuando estamos a punto de alcanzar nuestro mayor logro. Cuando vamos a entrar en el periodo de la cosecha, es cuando van a surgir desafíos inesperados (cizañas), ya que el enemigo intentará evitar que sigamos adelante.
Debemos entender este principio, nuestro Padre Celestial se ocupará con Sus Ángeles de la cizaña. Sigamos siendo nosotros lo mejor y ocuparemos los mejores lugares. Dejémosle a Dios que se encargue de la cizaña, ese no es nuestro problema. Preocupémonos por brillar como el trigo para no ser arrancados como cizaña. Amén.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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