1 de Samuel 31:7
“Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían sido muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas”.
Analizaremos en este devocional, las consecuencias de la muerte del rey Saúl y la caída de su mal reinado.
1. Dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas: La victoria de los Filisteos fue tan completa que incluso los que estaban del otro lado del Jordán huyeron despavoridos antes los Filisteos. Con el ejército Filisteo ocupando territorio del otro lado del Jordán, habían cortado el territorio de Israel a la mitad, trazando una línea de oeste a este. El resto de la nación estaba listo para la conquista total de los Filisteos.
2. Israel había huido y que Saúl y sus hijos hayan sido muertos: Esta fue una gran derrota. Cuando el líder (el rey Saúl) cayó, sembró el pánico entre el pueblo de Dios. Jesús sabía que este mismo principio sería usado contra sus propios discípulos: Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. (Marcos 14:27).
3. El pecado de Saúl, su endurecida rebelión, y su ruina final afectó más que solo a él mismo e incluso a más que su propia familia. Literalmente puso en peligro a toda la nación de Israel.
4. Esto muestra por qué los líderes tienen una mayor responsabilidad, porque su caída puede poner en peligro a muchas más personas que la caída de alguien que no lo es. Por eso es que en el Nuevo Testamento abiertamente se presentan requerimientos más altos para los líderes, e incluso se dice que deben ser irreprensibles por causa justa ante el pueblo de Dios y el mundo (1 de Timoteo 3:1-5) “Si alguien desea dirigir una iglesia, realmente desea un buen trabajo. Pero debe ser alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo. Debe tener una sola esposa, controlar todos sus deseos, y pensar dos veces lo que va a hacer. Debe comportarse correctamente, recibir con gusto en su hogar a los visitantes, y saber enseñar. No debe ser borracho ni violento, ni buscar pelea. Al contrario, debe ser amable y tranquilo, y no estar preocupado solo por el dinero. Además, debe gobernar bien a su propia familia y educar a sus hijos, para que sean obedientes y respetuosos. Porque si no puede gobernar a su propia familia, tampoco podrá gobernar a la iglesia de Dios”.
5. Los Filisteos deshonran los cadáveres del Rey Saúl y sus hijos, y también deshonramos el Nombre de Dios.
1 Samuel 31:8-10
“Aconteció al siguiente día, que viniendo los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gilboa. Y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo. Y pusieron sus armas en el templo de Astarot, y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán”.
A. Para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo: La trágica muerte de Saúl dio oportunidad a los enemigos del Señor para deshonrar Su nombre. La muerte de Saúl fue usada para glorificar a los dioses paganos y para burlarse del Dios viviente.
B. Y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán: Este fue el máximo insulto para Saúl. En esa cultura, que trataran tu cadáver de esta manera era considerado peor que la muerte misma.
Usted puede ir a las ruinas de Bet-sán en la actualidad, donde las bases de la ciudad se encuentran sobre una colina con vista a las ruinas Romanas destruidas por un terremoto. Fue arriba sobre esas colinas que los Filisteos colgaron el decapitado cadáver del rey Saúl como la máxima humillación.
1 de Samuel 31:11-13
“Más oyendo los de Jabes de Galaad esto que los filisteos hicieron a Saúl, todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días”.
En un tiempo de desgracia, pérdida y tragedia como este, Dios aún tenía hombres valientes que hicieran su obra. Los hombres de Jabes de Galaad bajaron los cuerpos de Saúl y sus hijos del lugar de humillación y les dieron un entierro adecuado.
¡Gloria a Dios, Él siempre tiene sus hombres valientes! Cuando un siervo sale de la escena, otro se levanta para tomar su lugar. Si Saúl ya no está, Dios levanta a David. Si el ejército de Israel está totalmente perdido, Dios aún tiene sus hombres valientes. La obra de Dios es más grande que cualquier hombre o grupo de personas.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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