Tiempo de confiar
Isaías 43:1-2
“Pero ahora, oh Jacob (escribe tu nombre aquí), escucha al Señor, quien te creó. Oh Israel (escribe tu nombre aquí), el que te formó dice: No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío. Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán”.
Dios no comete errores. Él ya diseñó nuestras vidas y colocó cada pieza, hasta el detalle más pequeño. Dios no prometió que no habría dolor, sufrimiento o decepción. Sin embargo, si nos prometió que todo iba a cooperar para nuestro bien. Esa pieza que es dolorosa, que no parece que tenga sentido, cuando todo se arme, va a encajar perfectamente.
Las dificultades, las aflicciones y el sufrimiento, nos cambian. Todos experimentamos situaciones adversas, y debemos convertir esa dificultad en una oportunidad para volvernos más fuertes, desarrollar nuestro carácter y obtener una mayor confianza en Dios.
Dios no solo controla nuestras vidas, está en control también del enemigo. Cada batalla nos hace más fuertes, cada dificultad nos está haciendo crecer. Somos guerreros, podemos salir adelante de esta situación también. Si mantenemos una buena actitud en la aflicción, saldremos más refinados, purificados, preparados y más fuertes.
En los momentos más oscuros y difíciles, Dios nos está preparando, Él tiene el control de todo. Dejemos de decir que no podemos más. El débil diga fuerte soy, Dios se fortalece en nuestra debilidad. Diga en voz alta; “Estoy armado con fuerza para esta batalla”. Dios nos está haciendo crecer, y crecer duele. Dios nos está preparando para recibir una gran bendición, nunca antes vista.
“¿Por qué me enfermé? ¿Por qué me quedé sin trabajo? ¿Por qué mi ser querido no se recuperó? ¿Por qué no funcionó mi matrimonio? ¿Por qué me quede solo?”. No podemos responder los por qué, sin embargo, si podemos decir que, si Dios lo permitió, Él sabrá sacar algo bueno de todo esto. De esto es de lo que se tarta la fe. Dios, no me gusta esto que estoy viviendo, pero confió en ti. Creo que tú estas en control de todo. Voy a mantener una buena actitud, sabiendo que esta aflicción me va a llevar a un buen propósito.
Muchas veces nosotros mismos, creamos las aflicciones. Tomamos malas decisiones, desobedecemos a Dios, comenzamos relaciones que sabemos no son buenas, gastamos más de lo debido, y luego, nos sobrevienen las aflicciones, estamos tratando con las consecuencias.
Dios está lleno de misericordia y Él siempre nos dará Su gracia para salir adelante. Sin embargo, debemos aprender la lección. Seamos lo suficientes grandes para decir: “aquí fue donde me equivoqué, ignoré los consejos y las advertencias, me involucré con las personas equivocadas. Me salí del tiempo de Dios, pero no voy a volver a hacerlo”. Hay lecciones en las aflicciones, dejemos de ser tan tercos, no podemos seguir pasando por el mismo dolor, una y ora vez.
Dejemos ir el pasado, el fracaso, pero aprendamos la lección. Hay una lección en la aflicción. No siga repitiendo los mismos errores. ¿Está usted trayendo aflicción sobre usted mismo? La aflicción se detendrá si usted aprende la lección y cambia de actitud.
Oremos esta mañana; “Señor, te pido perdón por no haberte obedecido, reconozco mis errores y sé que soy responsable de estas aflicciones. Confió en ti, mi amado Dios, sé que tú puedes sacar de esta situación algo provechoso para mi vida. Tú estás lleno de misericordia, son nuevas cada mañana y sé que lo que estoy viviendo, va a cooperar para mi bien. Dame la fortaleza para enfrentar esta batalla, hoy dejo ir mi pasado y el fracaso, Tú estás en control de todo, sé que saldré de esta aflicción más fuerte y bendecido, en el nombre poderoso de nuestro Señor Jesucristo, amén”.
Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.
Un abrazo.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unión Internacional de Oración (UIO)
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