2 de Samuel 3:31-39
“Entonces dijo David a Joab, y a todo el pueblo que con él estaba: Rasgad vuestros vestidos, y ceñíos de cilicio, y haced duelo delante de Abner. Y el rey David iba detrás del féretro. Y sepultaron a Abner en Hebrón; y levantando el rey su voz, lloró junto al sepulcro de Abner; y lloró también todo el pueblo. Y endechando el rey al mismo Abner, decía: ¿Había de morir Abner como muere un villano? Tus manos no estaban atadas, ni tus pies ligados con grillos; Caíste como los que caen delante de malos hombres. Y todo el pueblo volvió a llorar sobre él.
Entonces todo el pueblo vino para persuadir a David que comiera, antes que acabara el día. Más David juró diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, si antes que se ponga el sol gustaré yo pan, o cualquiera otra cosa. Todo el pueblo supo esto, y le agradó; pues todo lo que el rey hacia agradaba a todo el pueblo. Y todo el pueblo y todo Israel entendió aquel día, que no había procedido del rey el matar a Abner hijo de Ner. También dijo el rey a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y grande ha caído hoy en Israel? Y yo soy débil hoy, aunque ungido rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son muy duros para mí; Jehová dé el pago al que mal hace, conforme a su maldad”.
David no quería que su reino fuera establecido en violencia. Quería que Dios estableciera Su reino y castigara a sus enemigos. Davis aún creía que la venganza le pertenece al Señor. El asesino Joab es obligado a humillarse públicamente, en tanto se entierra con los máximos honores al hombre que él ha matado; una afrenta para este bravo guerrero, y el comienzo de su enemistad con David.
David ordenó a Joab que llevara luto, posiblemente porque pocas personas se habían dado cuenta de que Joab había cometido el crimen y porque David no quería ningún otro problema. Si esto fue así, David estaba pensando más en fortalecer su reino que en impartir justicia.
Joab y Abisai fueron los dos hijos de Sarvia que David mencionó. David pasó momentos muy difíciles tratando de controlar a Joab porque, a pesar de que era intensamente leal, tenía una voluntad férrea prefiriendo hacer las cosas a su manera. A cambio de su lealtad, sin embargo, David le dio la flexibilidad que tanto deseaba.
El asesinato que cometió Joab contra Abner es un ejemplo de su independencia intensa. A pesar de que David se opuso al asesinato, permitió que no fuera castigado, le falto autoridad.
Analicemos estos puntos en el comportamiento del rey David:
1. El castigar a Joab podría haber hecho que las tropas se rebelaran.
2. Joab era sobrino de David, y cualquier trato fuerte podría haber causado problemas familiares.
3. Joab era de la tribu de Judá, y David no quería una rebelión de su propia tribu.
4. El haberse deshecho de Joab había significado la pérdida de un general hábil y competente que fue invalorable para fortalecer su ejército.
El rechazo de David a alimentarse y su continuo duelo por Abner equivalen a una declaración pública de inocencia en el caso de aquella muerte; una crucial necesidad para ganarse la confianza de las tribus septentrionales. Puedo estar equivocado en la actitud del rey David, sin embargo, considero que este duelo era por conveniencia, un acto de hipocresía con Abner.
David estaba ahora en posición débil y su reino era todavía como una tierna planta; una pequeña sacudida habría bastado para derribarlo. La familia de Joab era muy allegada a la causa de David, como parientes próximos que eran del rey; eran valientes y osados, y enemistarse con ellos en esta coyuntura podía acarrearle fatales consecuencias.
David, pues, se contenta, como persona privada, con dejarles en manos de la justicia divina: “Jehová de el pago al que mal hace, conforme a su maldad”. Pero esto va en descrédito del propio rey David: (A) De la grandeza de David. (B) Y de la bondad de David. Él tenía que haber cumplido con su obligación, y haber confiado en Dios en cuanto a las consecuencias. Como dice el proverbio latino: Fiat justitia ruat coelum, “Hágase la justicia aunque se hunda el firmamento”. Si la ley se hubiese cumplido sobre la cabeza de Joab, quizá se habría impedido el asesinato posterior de Is-bóset, el de Amnón y de otros. Perdonar la vida a Joab fue una política carnal y una compasión cruel.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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