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Foto del escritorPs. Kike Escobar

Un acto de valentía

Rut 3:4


“Fíjate bien dónde se acuesta; después acércate a él, destapa sus pies y acuéstate allí. Entonces él te dirá lo que debes hacer”.


Éste paso que Rut va dar es muy importante. Es el paso que cada pecador debiera dar. Muchas personas han asistido a iglesias, e incluso habrán solicitado su membresía en alguna iglesia. Pero nunca han recibido al Señor Jesucristo como su Salvador. Figurativamente hablando, nunca han ido a la era, como Rut, para reclamarle como su Redentor. ¿Le ha pedido usted alguna vez a Jesucristo que Él sea su Salvador? La fe, debe ser activa, y no una fe que se ejercita desde fuera, como un asentimiento de cabeza desde la distancia. Debe ser una fe activa que hace que el pecador reclame a Jesucristo como su Redentor. Se trata de un regalo. Como dijera Pablo en Romanos 6:23, “Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor”.


Bajo la ley Mosaica, Rut no sólo tenía derecho a reclamar a Booz como su pariente-Redentor, sino que tenía que tomar la iniciativa de reclamarle como tal. El incidente que estaba teniendo lugar formaba parte de la cadena generacional que haría posible la venida de Jesucristo a esta tierra, naciendo en Belén, donde precisamente estaban ocurriendo estos eventos descritos en el libro de Rut. Por lo tanto y como hemos leído, Rut fue instruida por Noemí para tomar esa iniciativa.


Los hombres de aquel entonces se acostaban como radios de una rueda, alrededor de la era para proteger el grano de algún merodeador que pudiera tratar de robarse el grano durante la noche. Cada hombre se acostaba con su cabeza hacia el grano. Noemí pues le dijo a Rut que ella debía ir al lugar donde Booz se había acostado y acostarse a sus pies. Allí debía extender el borde del manto de Booz sobre ella, para que él supiera que ella buscaba refugio y protección. Ahora, esto era una manera simbólica y humilde de decirle a Booz que ella estaba dispuesta a aceptarle como su goel o sea, su pariente-redentor, para tomar el lugar de Mahlón su primer esposo. Rut actuó según la sugerencia de Noemí; fue una manera valiente, discreta y humilde de proceder. Y veremos que así lo interpretaría.


Rut 3:4-6


“Cuando se acueste, fíjate en qué lugar se acuesta, ve, descubre sus pies, y acuéstate allí; él mismo te dirá lo que debas hacer. Rut respondió: Haré todo lo que tú me mandes. Descendió, pues, al campo, e hizo todo lo que su suegra le había mandado”.


Noemí no le estaba aconsejando a Rut que hiciese alguna cosa impropia. Por una parte, ella iba a reclamarle como redentor y por otra, la era o lugar donde se trillaba el grano de la cosecha, era un lugar público, donde los segadores se encontraban reunidos con sus familias. Noemí le dijo que una vez que hubiesen terminado el trabajo de la tarde y hubieran cenado, y tenido su tiempo de alabar a Dios en un servicio religioso, él, como los demás segadores se acostaría con su cabeza junto al grano y sus pies hacia fuera, formando como un círculo con sus compañeros. Le aconsejó que en ese momento, que ella se acostase junto a los pies de Booz y levantase su manto destapándole los pies. Luego, él le diría lo que ella tendría que hacer.


La forma en que Rut se acercó a Booz para descubrirle los pies y acostarse junto a él, parece a primera vista sospechosa y no muy casta; pero no cabe duda de que esas expresiones son correctas y no implican una insinuación para cubrir el acto sexual. Noemí no pretendió otra cosa, ni Rut la llevó a cabo, que dar a entender a Booz que le correspondía tomar por esposa a Rut. Por otra parte, sabía que Booz era un hombre virtuoso y temeroso de Dios, y que Rut era una joven modesta, casta y cuidadosa de su casa. Si lo que Rut hizo hubiese implicado algo poco decente, podemos estar seguros de que Noemí no habría sido tan imprudente como para incitar a su nuera a ello y comprometer así el afecto y la amistad de un hombre tan bueno y tan importante como Booz. Por otra parte, Rut tenía el suficiente sentido y más que la suficiente virtud para haber rechazado la idea de Noemí si en ella hubiese visto algo pecaminoso. Al ser algo correcto, Rut no dudó en responder a su suegra: “Haré todo lo que tú me mandes”.


El consejo de Noemí parece extraño, pero no sugería un acto de seducción. En realidad, Noemí instruía a Rut para que actuara de acuerdo con la costumbre y la ley de esa época. Era común que los sirvientes se acostaran al pie de su amo y que incluso compartieran una parte de sus mantas. Rut iba a aplicar esta costumbre a la ley del pariente redentor y por lo tanto le recordaría a Booz la responsabilidad que tenía de buscar a alguien o que él mismo se casara con ella. Era un asunto de familia, nada romántico. Pero más tarde, la historia llegó a ser maravillosamente romántica cuando Rut y Booz desarrollaron un amor desinteresado y un profundo respeto mutuo.


Continuara…….


Feliz día, Dios los guarde y los proteja siempre.


Un abrazo.

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