1 Samuel 30:26-31
“Después de llegar a Siclag, David envió parte del botín a sus amigos que eran ancianos de Judá, con este mensaje: Aquí tenéis un regalo del botín que rescatamos de los enemigos del Señor.
Recibieron ese regalo los ancianos de Betel, Ramot del Néguev, Jatir, Aroer, Sifmot, Estemoa, Racal, las ciudades de Jeramel, las ciudades quenitas de Jormá, Corasán, Atac, y Hebrón, y los ancianos de todos los lugares donde David y sus hombres habían vivido”.
David fue generoso y benévolo con todos sus amigos. Después de haber repartido a cada uno lo suficiente, quedaba aún considerable cantidad de botín; es probable que gran parte del botín tomado de las tiendas de los amalecitas consistiera en joyas y de ellas consideró conveniente hacer un regalo a sus amigos los ancianos de Judá y los de otros lugares. Se mencionan varios lugares a los que envió presentes, todos ellos en la tribu de Judá o en sus cercanías. El lugar mencionado primero es Betel según el texto hebreo, pero es indudable que no puede tratarse del Betel de Efraín, sino de una ciudad mucho más al sur; con la mayor probabilidad, Betul. Hebrón se menciona en último lugar, precisamente la ciudad en que muy pronto iba a fijar su cuartel general.
Podemos analizar en este envío de los presentes, las siguientes características en David:
1. La generosidad de David. No pensaba en enriquecerse él mismo, sino en servir a su país. Los hombres de espíritu piadoso son de corazón generoso.
2. Su gratitud. Envió presentes a todos los lugares donde había estado con sus hombres, esto es, a todos los que le habían prestado cobijo, provisiones, información y otros favores.
3. Su piedad. Llama al presente que envía a dichos lugares “bendición”, porque ningún regalo que hagamos a nuestros amigos les va a servir de provecho si no lleva la bendición de Dios; con ello da a entender que el regalo iba acompañado de las oraciones por ellos.
4. Su política. Envió estos presentes a sus hermanos de tribu (en especial) para ganárselos mejor, a fin de que estuvieran dispuestos a ponerse de su parte en la accesión al trono, la cual estaba ahora, por cierto, al alcance de su mano.
Si observamos el proceso de David después de su tiempo de descarriamiento entre los Filisteos, encontraremos que hubo un paso a paso que lo llevó a recuperar su autoridad y comunión con Dios, antes de llegar al trono de Israel.
• David se fortaleció en el Señor. Descansó en Él.
• David consultó al Señor. Buscó su guía.
• David creyó la promesa de Dios. Tuvo una fe férrea.
• David hizo lo que Dios le dijo. Fue obediente.
• David mostró inesperado interés y bondad hacia otros. Fue bondadoso y compasivo.
• David vio sus victorias como las victorias del Señor. Fue humilde.
• David compartió la recompensa con otros. Fue justo y generoso.
• David hizo lo que podía para reparar sus relaciones. Fue conciliador.
David envió botín de la batalla a más de 13 ciudades. Evidentemente, había botín de sobra de la batalla. En esto, David es una imagen de Jesucristo. Cuando Jesús triunfó en la cruz ganó la más grande de las batallas y tuvo “botín de sobra”. Compartió el botín con Su pueblo, como dice en Efesios 4:7-8: “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres”. ¡Jesús tiene abundante botín de su victoria para darnos!
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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