2 Samuel 3:6-11
“Como la guerra entre la casa de Saúl y la casa de David continuaba, Abner llegó a ser un poderoso líder entre los que eran leales a Saúl. Cierto día Is-boset, hijo de Saúl, acusó a Abner de haberse acostado con una de las concubinas de su padre, una mujer llamada Rizpa, hija de Aja.
Abner se puso furioso. ¿Soy acaso un perro de Judá para que me trates a patadas?, le gritó. Después de todo lo que hice por tu padre Saúl, por su familia y por sus amigos al no entregarlos a David, ¿es mi recompensa que me culpes por lo de esta mujer? ¡Que Dios me castigue y aun me mate si no hago todo lo posible para ayudar a David a que consiga lo que el Señor le prometió! Voy a tomar el reino de Saúl y entregárselo a David. Voy a establecer el reino de David sobre Israel al igual que sobre Judá, todo el territorio desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur. Is-boset no se atrevió a decir ni una sola palabra más, porque tenía miedo de lo que Abner pudiera hacer”.
Después de la muerte de Saúl, Abner mantuvo temporalmente el poder en la familia del rey. Pero la lucha entre Abner y el heredero de Saúl, Is-boset, originó que Abner decidiera apoyar el reclamo por el trono de parte de David. Fue durante estos esfuerzos por unir el reino que Abner fue asesinado por Joab, lo cual veremos en un devocional más adelante.
Varios años antes, en una batalla entre el ejército de Is-boset, bajo las órdenes de Abner, y las fuerzas de David, comandadas por Joab, Abner huyó y fue perseguido por Asael, el hermano de Joab. Abner advirtió a Asael en dos ocasiones que dejara de perseguirlo, pero el impaciente y joven soldado se negó, así que Abner lo mató. Joab se había propuesto vengar a su hermano.
Abner se dio cuenta de que la familia de Saúl estaba predestinada a la derrota, y que David sería el próximo rey, así que decidió cambiar de bando. Esperaba que a cambio de entregar el reino de Saúl, David lo hiciera comandante en jefe de su ejército. La disposición de David para aceptar esta proposición fue tal vez otra razón para la acción de Joab más adelante.
Abner vivía por su ingenio y por su voluntad. Para él, Dios era alguien con quien cooperaría si eso entraba en sus planes. De otra forma, hacía lo que le parecía mejor para él en el momento. La obediencia es fácil cuando las instrucciones de la Palabra de Dios encajan en nuestros planes. Pero nuestra fidelidad a Dios se pone a prueba cuando sus planes son contrarios a los nuestros. ¿Qué acciones debería tomar hoy en obediencia a la Palabra de Dios?
El dormir con cualquiera de las esposas o concubinas del rey era reclamar el trono para sí, y era considerado como traición. Debido a que Is-boset era un gobernante débil, sin carácter y autoridad, Abner estaba a cargo del país. Por lo tanto, pudo haber considerado justificable su acción de dormir con la concubina de Saúl. Is-boset, de cualquier modo, vio que el poder de Abner se acrecentaba demasiado.
Is-boset tuvo razón al hablar en contra del comportamiento de Abner, pero no tuvo la fuerza moral para mantener su autoridad. La falta de firmeza moral llegó a ser la raíz de los problemas que Israel tuvo durante los próximos cuatro siglos. Solo cuatro de los siguientes cuarenta reyes de Israel fueron llamados “buenos”. Se necesita valor y fortaleza para mantenernos firme ante nuestras convicciones para enfrentar las malas acciones frente a la oposición. Cuando crea que algo está mal, no permita que lo disuadan de su posición. Ataque con firmeza el mal y levántese en favor del bien.
Al preguntar: ¿Soy yo cabeza de perro? Abner estaba realmente diciendo, ¿Soy yo un traidor a Judá? Quizá pudo haber estado refutando la acusación de que él estaba tratando de tomar el trono. O bien pudo haberse disgustado porque Is-boset lo reprendiera después de que, en un primer momento, lo había ayudado a ocupar el trono. Previo a esta conversación, Abner pudo haberse dado cuenta de que no podía detener a David para que a la larga tomara Israel. Debido a que estaba enojado con Is-boset, Abner elaboró un plan para darle el reino de Israel a David.
Los orgullosos no pueden soportar que les reprendan y, sobre todo, se enojan porque les reprenda alguien que, según ellos, le debería estar agradecido. Con la mayor arrogancia, Abner le hace saber que, así como le había levantado en alto, así ahora le haría caer. La misma ambición que había llevado a Abner a tomar partido por Is-bóset, le llevaría ahora, en su represalia contra Is-bóset, a tomar partido por David.
Si Is-bóset hubiese sido un hombre de autoridad, especialmente tratándose de un príncipe, podía haberle respondido que los méritos que alegaba solo servían para agravar sus crímenes y, por tanto, que se alegraba de poder prescindir de sus servicios. Pero como era consciente de su propia debilidad de carácter, no le respondió palabra.
Moraleja: nuestro temor o falta de autoridad, le da seguridad a nuestro enemigo. El temor alimenta al orgulloso, la autoridad lo quebranta.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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